En Bogotá, cada vez es más difícil encontrar marihuana de origen natural, la cual tiene concentraciones de THC (componente psicoactivo) que no superan el 4%”. Ahora, le venden a nuestros jóvenes y niños productos híbridos de marihuana con modificaciones genéticas conocidos como ‘la Creepy’, buscando niveles de THC del 15% en promedio con el fin de aumentar su potencial psicoactivo.
La concejal Patricia Mosquera pretende informar a los padres de los jóvenes de la ciudad: “Cerca de 48 mil menores de edad en Bogotá estarían consumiendo ‘Creepy’ pensando que es una droga blanda como la marihuana. La verdad es que estamos hablando de una droga con altos componentes sintéticos que genera mayores impactos negativos al sistema nervioso tales como ataques de pánico, ansiedad, dependencia y peores efectos psicológicos y psiquiátricos. Esta droga la venden como si fuera la marihuana tradicional y eso no es cierto, es una droga que tiene el mismo componente base del THC, pero que incluye otros componentes que generan efectos muy negativos a los consumidores”.
Estas drogas van de la mano con las nuevas estrategias de comercialización a través del uso de las herramientas de comunicación. “La presentación de las sustancias psicoactivas mediante menús virtuales que son enviados a través de mensajes de whatsapp, y la entrega a domicilio de las dosis, está ayudando a generalizar el consumo de drogas sintéticas”, señaló Patricia Mosquera.
Para el 2018 cerca de 58 Colegios Distritales fueron identificados con dinámicas de tráfico y consumo de drogas. Los casos de consumo de SPA ilegales cada vez son mayores, entre enero y agosto de 2018, 101 Colegios habían reportado presuntos casos de consumo de licor por parte de estudiantes, contrario al reporte de consumo de SPA ilegales que fue de 361 Colegios.
Durante el primer semestre de 2018, los Servicios de Orientación para Jóvenes con Consumos Iniciales de Sustancias Psicoactivas, de la Secretaría de Salud atendieron cerca de 11.800 Niños, Niñas y Adolescentes. “No podemos tolerar que los menores sigan vendiendo o consumiendo algún tipo de sustancia psicoactiva en Bogotá, la política de prevención sigue en deuda con la Ciudad, no hemos logrado fortalecer los valores y toma de decisiones de nuestros jóvenes”, concluyó la concejal Mosquera.