Para la ciudad fue una gran noticia que las obras publicas del Distrito en adelante no puedan emplear fibra de asbesto. El proceso de pedalear este proyecto fue también la oportunidad para conocer a Daniel Pineda y a los miembros de Colombia sin Asbesto, gente maravillosa y comprometida que, con esto, empiezan a ver los frutos de todo el trabajo y los sacrificios que han liderado.
Con la aprobación del proyecto de asbesto, Bogotá se adelantó al país en una lucha que llevaba años estancada en el Congreso. La capital envió un mensaje fuerte y claro a todo el país de que los ciudadanos no estamos dispuestos a dejar que sigan ignorando nuestros derechos. Creo que el desarrollo es posible, sin exponer a las personas a riesgos en su vida, ni sacrificar nuestro patrimonio ambiental.
Ya en diciembre había pasado a sanción del alcalde un proyecto estratégico para mejorar la calidad del aire. A partir de dos iniciativas, una de las cuales fue de mi autoría, se aprobó el Proyecto de Acuerdo para eliminar el diésel y dar el salto a la movilidad cero emisiones, hasta que sea definitiva en el año 2040.
Gracias a esto, en poco más de un año comienza el desmonte gradual de la tecnología diésel en Bogotá, para ir dando paso obligatorio a las tecnologías limpias. La medida comienza por la flota de vehículos del Distrito y se va haciendo extensiva a todos los demás automotores que circulan por la ciudad, incluyendo a Transmilenio (2025) y el transporte de carga (2030).
Para completar esta triada de proyectos que marcan hitos radicales en la forma como se desarrolla la ciudad, se encuentra en espera de ser discutido en el Concejo un proyecto que radiqué en junio para prohibir los utensilios fabricados en plástico e icopor (poliestireno expandido) en el Distrito. Con esto, artículos como platos y vasos desechables, pitillos, mezcladores de bebidas, copitos de algodón y contenedores de comidas dejarán de llegar al relleno sanitario para dar paso a materiales menos agresivos con el medioambiente.
Todo esto demuestra que desde el Concejo se pueden emprender acciones concretas y reales para avanzar hacia una ciudad sustentable. El medio ambiente sí puede estar en la agenda de los gobiernos, y no sólo en la de los ciudadanos y científicos que desde hace décadas tienen claras las prioridades para enfrentar el cambio climático y otros retos ambientales.
De manera que esto no se puede quedar aquí, además del cuidado del medio ambiente, la agenda verde incluye temas como: energías renovables, transporte de cero emisiones, tecnologías de ciudad inteligente, bioindustria y turismo ecológico. Para implementarlas, son tan importantes las medidas institucionales como las que he promovido en el Concejo, como el compromiso y la responsabilidad individual de los ciudadanos. En nuestras manos está defender esta agenda verde.