Nacido hace poco más de un siglo en Padilla y Valledupar, con letras nostálgicas, alegres, sarcásticas y humorísticas, notas que se interpretan entre realismo e imaginación, terminó este género musical convertido en la principal expresión musical del país.
Como lo anticipó Daniel Samper Pizano: “La música vallenata, hace muchos años, dejó de ser cuestión de vallenatos y se convirtió en asunto de todos”. Felicito a los artistas y cultores que han dedicado su vida, o parte de ella, a engrandecer el folclor colombiano, especialmente a mis amigos Alberto Beto Jamaica y Germán Villa Acosta.
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