Según la comunidad, particulares montaron un negocio en este predio, y cobran una tarifa cercana a los 20 mil pesos para permitirles estacionar a los conductores, a pesar de que el terreno está destinado a una obra vial del Distrito.
Los afectados dicen que han apelado a todo tipo de recursos, sin lograr resultados, y que sienten que la situación se les salió de las manos. “Yo llevo muchos años viviendo aquí, pero he decidido mudarme. Abandonar la vivienda que he construido con tanto sacrificio, pues ni siquiera podemos tener un sueño tranquilo”, señaló uno de los habitantes de la zona, en medio de la resignación.
El concejal Julio César Acosta, quien le ha hecho seguimiento al caso, denuncia negligencia por parte del Distrito para tomar cartas en el asunto. “Hemos acudido a las entidades, pero las respuestas no han sido claras. La secretaría de Movilidad ha respondido con evasivas, el alcalde ni siquiera se tomó el trabajo de contestar el oficio enviado en junio de este año, Y el Dadep, en los encuentros que hemos sostenido, no ha especificado tampoco la situación de este predio. El Distrito tiene que solucionar este problema, pues la comunidad no tiene por qué padecer una irresponsabilidad de este tamaño”, afirmó el concejal Acosta. Son cerca de diez mil las personas que viven en zonas aledañas a la carrera 80 y que se encuentran afectadas por esta problemática que, en lugar de solucionarse, ha pasado de castaño a oscuro, frente a la mirada ajena de la administración distrital.
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