La crisis de la pandemia no se limitó al aspecto económico o al crecimiento exponencial de casos de Covid-19; en pleno aislamiento salió a flote una problemática escondida que se agudizó con el aislamiento, la falta de apoyo social, la violencia de género, el desempleo, y fue la crisis de la Salud Mental de los bogotanos.
Las consultas por sentimientos o condiciones de: depresión, incertidumbre, miedo, preocupación, estrés, tristeza, duelo, que en algunos casos desencadenaron o agravaron enfermedades físicas crónicas, no solo en población adulta sino en un gran número en niños, adolescentes y jóvenes, fue una señal de alarma desde los primeros meses de la cuarentena y sobre la cual llamamos la atención.
Preocupa en sobremanera que a pesar de los continuos llamados que desde el Concejo hicimos para que se priorizara la atención de salud mental en la ciudad, se presenten inconvenientes con la atención de algunos ciudadanos que han denunciado no recibir atención oportuna a sus quebrantos ni telefónica, virtual o presencialmente ya sea por las EPS o IPS o por las subredes de salud, un asunto al que sin duda debe hacérsele el mayor y más estricto seguimiento.
Actualmente Bogotá, cuenta con 1.945 casas para atención de Salud Mental, con cobertura para: Psiquiatría, Cuidado Agudo Mental, Cuidado Intermedio mental y farmacodependencia. En las 4 Subredes públicas se alcanza un total de 348 camas y en las privadas se llega a 1.597 camas, para un total de 1.945 camas para esta atención. En cuanto a las atenciones en las Subredes, para el 2020 se realizaron 101.974 y el 51,78% correspondía a mujeres atendidas; en cuanto los rangos de edad, el mayor número de atenciones se dio en personas de 29 a 59 años con un 39,58% de atenciones, seguido de personas entre los 60 y más años con un 22,58%. Sobre el tipo de atención recibida en 2020, encontramos que las consultas con mayor reporte fueron de salud mental con un 88,19%, seguido de Urgencias que fue de 7,27%. Y las localidades con más casos de atenciones en Salud Mental fueron: Kennedy con 29,97%, Antonio Nariño con 23,79% y Usaquén con 23,61%.
Datos revelados por investigadores de la Universidad de Oxford comprobaron, entre otras cosas, que existe un 44 % más de riesgo de ser diagnosticado con un trastorno mental o neurológico después de padecer COVID que tras sufrir la gripe, y un 16 % más frente a otras enfermedades respiratorias, lo que marca un precedente para la atención de la salud mental como un reto para la pospandemia.
Las últimas cifras que conocimos en 2020 hablan de 317 suicidios, de los cuales el 74,13% fueron hombres y un 25,87% mujeres. Es momento de empezar a cuidar la salud mental de nuestra ciudad, la pandemia no ha sido fácil y ha impactado a los bogotanos en todas las áreas, la reactivación, la pospandemia, traen nuevos retos que los ciudadanos deben enfrentar y que conllevan una fuerte carga emocional y mental, por lo que vale la pena reconocer que a las entidades del Distrito les queda una gran responsabilidad para sobrellevar esa nueva pandemia que es la crisis de la salud mental y que se debe priorizar en la agenda de la ciudad.