Durante el foro sobre prioridades ambientales para Bogotá, el concejal José Cuesta abordó críticamente la situación de la crisis climática en la ciudad. En la actualidad, Bogotá enfrenta un desafío significativo: la ciudad no se está preparando para la crisis climática y, al mismo tiempo, ignora los mandatos del acuerdo 790.
Cuesta resaltó sobre qué tipo de ciudad se desea construir: ¿para la vida? ¿Para los negocios? ¿Qué es más importante, proteger la reserva Thomas Van der Hammen o simplemente abrir camino al proyecto urbanístico Lagos de Torca? Un dilema: ¿conectividad vial o ecosistémica? “Yo me quedo con la conectividad ecosistémica, puntualizó el concejal José Cuesta”.
Recientemente, el cabildante le propuso al Alcalde Mayor de Bogotá, Carlos Fernando Galán, como también a la secretaria de ambiente, Adriana Soto Carreño, una medida crucial: proteger los cerros orientales, que son el pulmón vivo de la ciudad. "No tiene perdón de Dios que se contemple la construcción de un aula ambiental sobre estos cerros, y aún más imperdonable priorizar el cemento por encima de la vida", expresó Cuesta.
Finalmente, el concejal propuso en el foro llevar a cabo un proyecto de acuerdo donde se regulen las pacas digestoras, que son básicamente el aprovechamiento de los residuos orgánicos, y producir abono mediante un proceso de fermentación.
El honorable concejal José Cuesta seguirá en la defensa y la lucha constante para mitigar la crisis climática que atraviesa la ciudad capitalina y para defender los cerros orientales y la Reserva Thomas Van der Hammen.
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