A lo largo de la tarde de este domingo 18 de octubre, el concejal de la Alianza Verde, Julián Rodríguez Sastoque, se desplazó hacia el Palacio de los Deportes para dar la bienvenida a la Minga Indígena que llegó desde el suroccidente del país. Durante la jornada, la Minga fue calurosamente recibida por ciudadanos en diferentes partes de la ruta, demostrando que tienen el respaldo popular de una amplia parte de la sociedad bogotana.
Hacia las 3:00 pm, hora de llegada de la comunidad indígena, la Alcaldía de Bogotá tenía todo listo en el Palacio de los Deportes para garantizar su hospedaje seguro y, sobre todo, respetando las peticiones de la Minga en relación a sus costumbres ancestrales.
Se estima que cerca de 8.000 indígenas llegaron a la ciudad para reclamar sus derechos y para que el presidente Iván Duque se reúna con ellos, como lo hacía en campaña cuando se tomaba fotos con los líderes y les hacía promesas que no les ha cumplido. La Minga popular tiene reclamos justos y suficientes, así se lo manifestaron a Duque ayer en su llegada a la capital, donde le pidieron que antes del mediodía de este lunes responda si tiene la disposición de recibirlos en Casa de Nariño.
De acuerdo con lo visto el día de ayer con el arribo pacífico a la ciudad de Bogotá de la Minga, las expresiones ciudadanas de bienvenida y respaldo, así como su compromiso expreso y público de mantener al margen a cualquier actor que quiera interrumpir violentamente con la protesta social adelantada, es innegable que estamos en la antesala de un gran debate nacional.
El concejal expresó que uno de los elementos en los que coincide con el pliego de la Minga es en la necesidad imperiosa de adoptar y cumplir una política de Estado para desmantelar el paramilitarismo, las economías ilegales y las redes de criminalidad que ante la pasividad estratégica del Ministerio de Defensa han logrado refundarse y reacomodarse a lo largo del territorio nacional, allá en la Colombia profunda.
Y existen otros reclamos justos. La Minga se desplazó hasta Bogotá para hacer un llamado enérgico por la democracia. Sus líderes no están de acuerdo con el abuso policial y la militarización de la protesta, la concentración de poder en el presidente y el centralismo excesivo que se manifiesta además con la campaña de desprestigio contra la Corte Suprema y la respuesta injusta e inequitativa a la pandemia donde se han prestado ayudas suficientes para unas cuantas grandes empresas pero se han olvidado las necesidades de los territorios.
Las plataformas de derechos humanos que respaldan las expresiones políticas de las organizaciones sociales continúan exhortando al gobierno nacional, no sólo al respeto por el derecho efectivo a la protesta, sino a privilegiar el diálogo político como herramienta para la superación de los conflictos que persisten en nuestra sociedad, y en esa perspectiva Bogotá juega un papel vital en el marco de las expresiones deliberativas de la democracia.
Rodríguez sostiene que cualquier político tiene el derecho de acompañar estas movilizaciones o de disentir y negar las motivaciones estructurales que llevan hoy en día a los pueblos de la diversidad cultural y organizaciones de la sociedad civil a movilizarse. “Pero los jóvenes, comprometidos con la construcción de la paz y el buen gobierno, si tenemos el deber ético y ciudadano de acompañar y promover la salida pacífica y la negociación política ante los conflictos sociales que este Gobierno no ha sabido desactivar”.
Por todo lo anterior, y mucho más, Bogotá le abre los brazos a la Minga Indígena y los recibe con el respeto que el Gobierno Nacional no ha tenido. “Las comunidades se cansaron de que los estén asesinando, de que el Gobierno mire a otro lado y no cumpla los promesas, de que Duque no implemente el proceso de paz que contemplaba varias herramientas para su inclusión económica. Razones hay de sobra, pero lo que falta es voluntad del presidente que nunca ha tenido prioridad en los reclamos de la Minga. Por eso en Bogotá los recibimos con los brazos abiertos y acompañaremos su marcha pacífica”, concluyó el concejal Julián Rodríguez Sastoque.