El Covid-19 atemoriza e inquieta, porque es un enemigo que no discrimina, es potencialmente dañino, no solo para la salud sino que ha demostrado que fue desastroso para la economía, y con ello, ha generado retos especialmente grandes para los gobiernos nacionales y locales en su ejercicio de gerenciar los territorios. Han pasado cinco meses y algunos días desde que el aislamiento comenzó, en lo que se pensó en un principio, sería una medida temporal, pero que desencadenó una crisis y ahora se transformó en nuestra Nueva Normalidad que parece indefinida.
Las recientes marchas de los comerciantes formales en localidades como Santa Fe, Chapinero y Puente Aranda que son nodos comerciales e industriales de la ciudad; y los reclamos de gremios como Fenalco, Acodres, la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, las plataformas mayoristas, minoristas y digitales de la ciudad, los miembros del sector de la marroquinería, el calzado y los muebles, que al unísono piden un salvavidas, evidencian que la crisis es mayor que la que plantean las cifras presentadas por la Alcaldía de Bogotá.
Según Fenalco, al mes de Agosto, el 31% del comercio formal ha cerrado sus puertas de forma definitiva, esto equivale a 58 mil comercios; y en un paneo general se registra que las ventas durante la cuarentena cayeron entre un 80% y 100%. Y de acuerdo con ACODRES, Bogotá tenía registro de 610.000 restaurantes, y de estos, 1.200 han clausurado su operación a causa de no poder pagar costos como arriendos, nóminas y servicios. La situación económica para el país y su capital es algo que no se puede negar: una caída del 15.7% del PIB Nacional y según Fedesarrollo que desencadenaría una reducción en el recaudo tributario entre 5,6 y 6,2 billones de pesos.
Sin duda el objetivo es evitar el contagio masivo, pero no a costa de minimizar la capacidad de nuestros microempresarios que representan el 91% del total de empresas de la ciudad, estamos en un momento que la resiliencia de toda una ciudad depende de la responsabilidad de los ciudadanos, es momento de apoyarnos entre todos, por eso las decisiones de los diferentes sectores de la alcaldía de Bogotá no deben ser arbitrarias; la sabiduría está en mitigar y controlar el riesgo sin afectar el tejido productivo.
No podemos hacernos indiferentes ante una realidad que evidencia que la mejor alternativa es recuperar las unidades empresariales que son la fuente principal de trabajo. Una ciudad se construye trabajando con el sector privado, no arremetiendo contra él. Se trata de unir esfuerzos hacia la misma dirección y especialmente con el fin de recuperar el empleo en donde las cifras del DANE alarman pues se pasó de una tasa de desempleo en mayo del 14.5% al 25.6%, recientemente; es decir, un millón de personas en la ciudad son desempleadas.
Por lo menos un 80% de los comerciantes formales encuestados por Fenalco indican que la gestión dada por la alcaldía de Bogotá no es favorable, una cifra que no busca desprestigiar a la administración sino todo lo contrario llamarle la atención para que vea que sin el sector privado es imposible reducir las tasas de desempleo. Un sector que durante el aislamiento, además de sortear su situación, ha tenido liderazgo en analizar la crisis y aportar propuestas y recomendaciones que hasta el momento no han sido tenidas en cuenta dentro del denominado ‘Plan Marshall’ radicado en el Concejo de Bogotá, porque si la alternativa para el comercio formal se traduce en incrementar la carga tributaria y priorizar al sector informal, no estamos respondiendo a su clamor de ayuda.
Finalmente, se ha generado un eco en cada rincón de la ciudad de la premura que existe por la reactivación de los sectores, pero con garantías, equidad, pero sobretodo con conciencia de la calamidad que enfrentan. Los planes piloto estratégicos deben ser concertados, se deben implementar planes de logística claros que permitan a los ciudadanos adaptarse a la nueva realidad. Y aquí la reflexión es que sin lugar a dudas, los cambios dependerán del comportamiento que como ciudadanos aportemos en cuidado, buen comportamiento y apoyo con nuestros micro, pequeños, medianos y grandes empresarios quienes no deben ver sus actividades sacrificadas por la irresponsabilidad de algunos en una pandemia que tenemos que superar juntos. #EntreTodosNosCuidamos #JuntosReactivamosElComercio #BogotáCompraBogotá
Concejal de Bogotá