En diciembre de 2019, el Juzgado 4º Administrativo había decretado dichas medidas, que fueron apeladas en ese momento por la administración distrital y el Ministerio de Ambiente, dentro de la demanda de nulidad presentada por la concejal María Fernanda Rojas. En el auto de respuesta a la apelación se le da la razón a la demandante.
Adicionalmente, en este auto del 10 de julio, el Tribunal de Cundinamarca le ordena al Ministerio de Ambiente realizar un estudio técnico en 9 meses para determinar si los desarrollos urbanísticos en esta zona cumplen o no con los lineamientos ambientales de las resoluciones 475 y 621 de 2000.
La demanda que dio origen a estas decisiones consistió en una acción de nulidad contra los decretos 088 de 2017 y 049 de 2018 que reglamentaron el Plan de Ordenamiento Zonal del Norte e incluyeron el proyecto Lagos de Torca. Fue presentada el 7 de marzo de 2019 por la concejal María Fernanda Rojas.
La fundamentación jurídica de la demanda se concentra en que la franja AP-2 (comprendida entre las calles 222 a 235) es suelo de protección y, por lo tanto, no puede ser urbanizada y debe ser excluida del proyecto.
Al incluir estos suelos dentro del proyecto de Torca se estaban violando variedad de normas y jurisprudencia. Una de ellas, el POT vigente (Decreto 190 de 2004), el cual le otorga la calidad de área protegida. También se infringe la Ley 99 de 1993, que le da a la sabana de Bogotá la calidad de interés ecológico nacional y, por lo tanto, debe tener una destinación prioritaria a usos agropecuarios y forestales; y la Ley 388 de 1997, que otorga superior jerarquía a las normas que protegen el medio ambiente.
Adicionalmente, viola la sentencia del Consejo de Estado 11001-03-24-000-2000-06656-01 que protege la sabana de Bogotá y establece parámetros que no pueden ser modificados por un decreto distrital.
La importancia de esta franja en materia ambiental reside principalmente en que es la conexión entre la zona oriental y occidental de la reserva van der Hammen, además de que es suelo rural protegido.
La defensa del ambiente en Bogotá no se detiene.