Existe una gran preocupación por el futuro de la educación en el país y su sostenibilidad en periodo de emergencia y pandemia mundial, si bien es cierto que la educación básica y media tiene un gran nivel de cobertura en todo el territorio nacional, gracias a la obligatoriedad normativa que manifiesta la constitución nacional identificada en el artículo 356 de la Constitución Política como educación primaria y secundaria; comprende nueve (9) grados y se estructurará en torno a un currículo común, conformado por las áreas fundamentales del conocimiento y de la actividad humana. (Art. 19 Ley 115/199).
“Este diagnóstico no es nuevo. Las deficiencias del sistema educativo en materia de acceso, calidad y pertinencia han sido ampliamente reconocidas y su necesidad de reforma se ha constituido en una de las prioridades de sucesivos gobiernos, especialmente en las dos últimas décadas, buscando dar cumplimiento al mandato de la Constitución de 1991 que consagra la educación como un derecho y le asigna al Estado la responsabilidad de garantizar su cubrimiento y calidad. Estas reformas ya están arrojando resultados como es el aumento en las coberturas en todos los niveles escolares. En el ciclo de educación básica (primaria y secundaria) las coberturas brutas superan el 100%, mientras que en los niveles de educación preescolar y media llegan a 97% y 75% respectivamente” [1]
En consecuencia el impulso que se ha dado a la educación básica y media desde varios sectores de la sociedad, dan esperanzas de que la sostenibilidad de la educación de los niños niñas y adolescentes está asegurada, no obstante este panorama no es el mismo en la educación superior, donde cada año la deserción aumenta en niveles preocupantes y este tema ha sido objeto de importantes debates en la nación, una de las conclusiones más contundentes es la falta de obligatoriedad normativa para acceso a la educación superior, sumando a esto los elevados costos de las matrículas y la poca cobertura que la universidad pública tiene para ofrecer en cada periodo académico,
CAUSAS DE LA DESERCION UNIVERSITARIA EN COLOMBIA
Una de las principales causas de la deserción universitaria es el encarecimiento de los costos de matrícula “Para Gerardo Rodríguez, director de Admisiones de la Universidad de La Sabana, la oferta de universidades privadas no es lo suficientemente atractiva para hacer que los jóvenes se queden en el país a estudiar. Además el Ser Pilo Paga no ha sido suficiente para salvar la brecha principal: el precio. Por ello, son muchos los que se decantan por marcharse al exterior.”[2] O en contraste a esto optar por otros medios de educación más básica como los cursos técnicos o tecnológicos, ofertados por instituciones que no cuentan con las capacidades de infraestructura para cubrir la demanda de miles de jóvenes que terminan sus estudios de secundaria.
Problemas de financiación
“El informe del Banco Mundial también muestra que la educación superior en Colombia es una de las más costosas en América Latina, después de México y Chile. Ante el difícil acceso a las matrículas, el Icetex surgió, hace unos años, como la alternativa para estudiar. Por las tasas de interés altas que cobra, los estudiantes también le piden al Gobierno que sus créditos sean condonables y que ese dinero se entregue a las universidades públicas.”[3]
EL PROBLEMA DE LA PERCEPCION NEGATIVA DE SER PROFESIONAL EN COLOMBIA
Además la percepción negativa que tiene la gran mayoría de jóvenes no confía en que una carrera universitaria sea garantía de conseguir un empleo, no creen en las capacidades del mercado nacional para satisfacer la demanda de muchos profesionales que se gradúan cada año, esto ha llevado a que el 42% de los estudiantes universitarios deserten
Según el banco Mundial concluyó que Colombia es el segundo país en A. Latina con mayor tasa de deserción en educación superior
Fuente: Revista el espectador
De manera que el panorama de la educación superior en Colombia en periodos de normalidad no es para nada prometedor, y algo casi que seguro es el aumento de estas cifras negativas debido al periodo de crisis y emergencia por el que atraviesa el país en estos momentos, es preocupante que el sector de la educación, y en especial el de la educación superior se verá gravemente afectado, por la desaceleración económica y la adopción de nuevas prioridades de tipo básicas y fundamentales para sobrevivir a esta crisis. Por lo tanto si no se toman medidas y alternativas para asegurar un número promedio de estudiantes en las universidades, estas se verán en la obligación de cancelar actividades académicas, ocasionando la perdida de aun más empleos, con el agravante que lograr ofrecer medios digitales y virtuales para adelantar clases es un procedimiento más costoso que la actividad presencial.
Queremos sugerirle tanto a la administración distrital como al Gobierno nacional, que se detengan momento a pensar en esta situación y fomentar mecanismos que aseguren la continuidad de los estudiantes, en otros países se ha optado por la aplicación de créditos con periodos de gracia a 1 año o más, sin revisión de historia crediticia o aplicación de codeudores con tasas bajas de interés o determinando este interés como gasto fiscal a ser asumido por el Gobierno, cabe resaltar que las perdidas económicas y la tragedia laboral del sector docente puede llegar a ser más perjudicial para el país, porque es más costoso generar sostenimiento mínimo vital a cada vez más desempleados que se generan por esta crisis epidemiológica.
[1] https://www2.dnp.gov.co/programas/desarrollo-social/subdireccion-de-educacion/educacion-basica-media/Paginas/educacion-basica-media.aspx
[2] https://noticias.universia.net.co/educacion/noticia/2019/08/16/1166115/desercion-universitaria-colombia-situacion-actual.html
[3] https://www.elespectador.com/noticias/educacion/el-problema-no-es-solo-plata-42-de-los-universitarios-deserta-articulo-827739