En la mañana de este 28 de marzo se conoció la sensible muerte de Salomé Rangel Molina, una niña de tan solo 5 años, como consecuencia del cobarde atentado contra el CAI de Arborizadora Alta, en la localidad de Ciudad Bolívar. Salomé es la segunda víctima fatal de este ataque criminal, junto a Daniel Duque, de solo 12 años, quien también perdió la vida en ese hecho repudiable.
Como concejal de Bogotá, envío mis más sentidas condolencias y mi abrazo solidario a las familias de los niños asesinados ante este momento tan difícil que atraviesan, uniéndome a su clamor y al de toda la comunidad, para que haya justicia.
También exijo a las autoridades toda la rapidez y severidad en la captura y judicialización de los autores, tanto materiales como intelectuales, de este acto terrorista. Según las versiones oficiales, los cobardes autores del atentado eran conscientes de la presencia de niños al momento de la detonación, violando así todas las normas del Derecho Internacional de los Derechos Humanos- DIDH.
La Juventud ha sido una de las poblaciones más afectadas por el conflicto en el país, no más jóvenes muertos en medio de atentados, esta y todas las generaciones merecen vivir tranquilos. “Lo he dicho y lo repetiré siempre: a los criminales que le incumplieron a la paz y que siguen en la clandestinidad contra el pueblo colombiano, toda la contundencia del Estado”.
Finalmente, le pido a las autoridades competentes que nos informen públicamente en qué estado están la implementación de las Recomendaciones del Sistema de Alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo sobre estos escenarios de riesgo advertidos previamente, toda vez que se trata del segundo ataque terrorista en la localidad en menos de un mes. A la ciudadanía hay que cumplirle con hechos y con Justicia.