El regreso a clases de manera presencial, el próximo 1º de agosto, de más de 1 millón de estudiantes, entre niños, niñas y adolescentes en Bogotá, es un riesgo que no debemos permitir, porque exponemos a los más vulnerables de contraer el COVID-19 y a ser vectores de propagación del virus para su entorno familiar. Aunque se establezcan todos los protocolos, es una situación compleja y muy difícil para los padres de familia y docentes, aseguró la concejal María Clara Name Ramírez del Partido Alianza Verde.
Según la Secretaría de Educación, en Bogotá existen 2.191 Instituciones Educativas: 364 distritales, 35 con administración contratada, 10 de régimen especial, 1.753 privados, 22 con matrícula contratada y 7 privados con régimen especial, sin incluir los jardínes infantiles dependientes de la Secretaría de Integración Social.
Es por ello que la concejal indicó que “la Administración Distrital debe reconsiderar el modelo de alternancia, en lo relacionado con la presencialidad, porque en su mayoría los escolares utilizan el transporte público, y eso va a impactar significativamente la capacidad establecida para utilizar el Sistema Integrado de Transporte Público en plena pandemia, hasta el punto de saturarlo”.
Esta situación es muy preocupante también a nivel nacional, motivo por el cual el Senador Iván Name Vásquez, del Partido Alianza Verde, hace un llamado urgente al Gobierno Naciona y al Ministerio de Educación para que de manera conjunta con el Ministerio de las TIC contemplen la posibilidad de suspender el regreso a clases presenciales, y abran un espacio de diálogo y de concertación con los padres de familia y la comunidad educativa para crear el mejor escenario posible para nuestros niños, niñas y adolescentes.