seguida de una perforación horizontal en igual profundidad, con la finalidad de instalar cargas explosivas que fragmenteun mineral llamado esquisto. Una vez se consiguen las fracturas se inyecta una solución liquida, en la que se mezcla una gran cantidad de agua, con arena y una combinación de hasta 600 químicos altamente contaminantes. Se realiza para extraer burbujas de gas contenidas en el mineral, pero las consecuencias ambientales suelen ser muy altas.
Dicho en otras palabras, por Fracking se alude a un proceso en el que se realiza una perforación para inyectar una mezcla liquida que contiene múltiples químicos tóxicos y cancerígenos para obtener gas atrapado en el subsuelo.
Como técnica de explotación ha encontrado grandes resistencias en diferentes latitudes. El Parlamento Europeo ha emitido varios informes alertando a los países sobre los riesgos, pues a la contaminación de subsuelos deben sumarse la emisión de contaminantes a la atmósfera, las fugas de líquidos de fracturación y el riesgo sísmico que se puede producir al realizar desplazamiento de materiales en el subsuelo.Adicionalmente un estudio realizado por la Universidad de Manchester, detectó que en los compuestos inyectados, existían por lo menos 17 sustancias clasificadas como tóxicas para organismos acuáticos, 38 sustancias como tóxicos agudos y al menos 8 como elementos cancerígenos probados.
Si bien Bogotá se encontraba aparentemente al margen de dichas situaciones, una manifestación campesina, que para muchos pasó desapercibida, puso de presente que el riesgo es inminente. Ya éramos conscientes de los problemas asociados a esta actividad por la experiencia de muchos países, que afortunadamente en la mayoría de casos han optado por su prohibición, cuando de repente nos avientan en la cara que la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) concedió una licencia de exploración y explotación de Shale Gas a la Australian Drilling Associates (ADA), en una amplia franja que incluiría zonas depáramo en la región del Sumapaz (Contrato E&P COR- 4, Marzo 16 de 2011).
No podemos aceptar los partes de tranquilidad que pretenden darnos tanto el Ministro de Minas como la Agencia Nacional de Hidrocarburos, pues están totalmente documentados en el ámbito internacional, los efectos negativos ligados a proyectos de fraccionamiento o fracking.
En Colombia, la Contraloría General de la República, ha emitido una función de advertencia de cara a los riesgos geológicos, de afectación del recurso hídrico y aquellos referidos a la salubridad pública. Llama la Contraloría General, con mucha razón, a la aplicación del principio de precaución, el cual consiste en que a falta de certeza científica deben aplicarse medidas que prevengan la causación de un daño ambiental.
Ésta resulta una excelente oportunidad para que la recién aprobada Región Administrativa y de Planeación Especial –RAPE Región Central- ejerza la funciones que le fueron asignadas, y participe efectivamente en los procesos de ordenamiento y planificación de los recursos naturales, solicitando sea revocada la licencia conferida a Australian Drilling Associates, sin que se pierda de vista la noción que cualquier medida que se tome en una parte del territorio va a afectar la región.
Un llamado que se hace también al Presidente Juan Manuel Santos, para que pese a que ya ha sido expedido el Marco Regulatorio de Fraccionamiento Hidráulico, mediante Resolución 90341 de 2014, no permita avanzar las licitaciones de los bloques ofrecidos en Ronda Colombia 2014, por cuenta de las profundas fracturas y heridas irreparables que dejará este devastador proceso en la tierra.
