En el 2016, la Policía incautó en Colombia 25.629 armas de fuego y de ellas 21.651 eran ilegales: revólveres, pistolas, ametralladoras y hasta lanzacohetes figuraban en los decomisos.
Son armas que se consiguen en lo que la Policía llama ‘el mercado negro de armas de fuego’, donde se compran y se alquilan desde 100.000 pesos. En Bogotá el centro de estudios de la Secretaría de Gobierno ha señalado puntos preocupantes en localidades como Ciudad Bolívar, Kennedy o Suba.
De acuerdo con los reportes que entrega la Policía se pueden capturar al año unas mil personas con armas sin permiso, pero eso no frena el fenómeno.
Amnistía Internacional estima que a diario 2.000 personas resultan heridas por disparos y al menos dos millones viven con heridas causadas por armas de fuego.
Es alarmante porque la facilidad con la que se puede acceder a armas de fuego ilícitas ha generado una cultura en la que las personas de bien se sienten inseguras, toda una cultura en la que hay individuos que se sienten con derecho a intimidar y arrebatar vidas con estas armas.
La violencia con armas de fuego es un problema de derechos humanos de alcance mundial, que nos implica individualmente como países y como ciudades.
No solo se conculca el derecho a la vida, sino que se niega el derecho a la seguridad personal y se pone en riesgo la libertad de expresión porque hay comunidades sitiadas por criminales que imponen su poder a punta de disparos.
Es clave reflexionar sobre el impacto que tiene para la vida, la paz y la convivencia de la sociedad el uso de las armas ilegales, porque las estadísticas de la Policía indican que en 9 de cada 10 homicidios se utiliza un arma ilícita.
Amnistía Internacional reseña que cada año en el mundo se fabrican ocho millones de armas nuevas y hasta 15.000 millones de municiones.
En Bogotá tenemos prohibido el porte armas de fuego, y aun así son el principal instrumento del crimen en los homicidios y en los asaltos. La medida no se cumple y cada día más bandas de delincuentes atraca, asaltan, amenazan, intimidan y asesinan con armas de fuego.
Lucía Bastidas
Concejal de Bogotá