Los territorios y comunidades indígenas en Colombia han padecido una larga historia de vulneraciones y afectaciones como consecuencias del conflicto armado interno, desarrollado en nuestro país durante más de siglo. Para las poblaciones rurales y étnicas como los pueblos indígenas estas afectaciones y violencias, además, han sido, históricas y sistemáticas tanto que han conducido a su exterminio físico y cultural, pues desde la época de la Conquista y las distintas etapas de colonización han padecido genocidios, despojo de tierras e imposición religiosa, lingüística y educativa, a pesar de una resistencia cultural y espiritual muy profunda por su parte.
Con la época de violencia de mediados del siglo pasado estas comunidades padecieron un cúmulo de violaciones a los derechos humanos, dejando a los Pueblos en una situación de indefensión y vulneración. Según el Registro Único de Víctimas, RUV, de la Unidad de Víctimas, el conflicto armado ha dejado 9.446.572 víctimas por hechos victimizantes como desplazamiento forzado que representa un 89% de las víctimas y homicidio un 11%, mientras la Comisión de la Verdad, en su informe final, registra 4237 masacres entre 1985 y 2019. De este porcentaje, 378 mil víctimas residen en Bogotá, siendo unas 19 mil 200 pertenecientes a población indígena, según datos de la Consejería de Paz, Víctimas y Reparación de Bogotá.
Es más preocupante, todavía, que en lo corrido del año 2023 ya se registran 88 asesinatos de ex combatientes, defensores de derechos humanos y líderes sociales, entre ellos siete (7) casos pertenecientes a pueblos indígenas, según registro de organizaciones como la ONIC e INDEPAZ, siendo los más recientes el homicidio contra la hermana del pueblo indígena Awá Verónica Nihan Morales Paí, en Orito Putumayo el pasado 25 de marzo, y el asesinato del taita del Marcos López, autoridad tradicional del Pueblo Pasto en febrero pasado.
Es preocupante la violación recurrente a los derechos humanos y a la Madre Tierra a pesar de los esfuerzos y el clamor del pueblo colombiano y las Víctimas por un cese a la guerra y la firma del Acuerdo de Paz entre la ex guerrilla FARC-EP y el gobierno colombiano en 2016.
En este sentido, durante la conmemoración del Día de la Memoria y la solidaridad con las Víctimas y los 75 años del magnicidio de Jorge Eliecer Gaitán, la concejala Ati Quigua invitó a honrar la memoria de las víctimas y de los ancestros que han ofrendado su vida por la Madre tierra, es tiempo de reconciliarnos con la naturaleza: reconociendo y garantizando sus derechos para sanar las heridas causadas a la Madre Tierra por parte de los diferentes actores del conflicto.
Como vocera del movimiento indígena y Social, la concejala Ati Quigua ha avanzado en el control político al cumplimiento en la reformulación de las políticas públicas de la diversidad étnica y también en los retos que tiene el Distrito Capital con las víctimas de la diversidad étnica en contexto de ciudad.
La concejala Ati hace un llamado a avanzar decididamente en la búsqueda y concreción de la paz, en la reparación integral de las víctimas del conflicto y la garantía de no repetición, y exigió al gobierno colombiano implementar el Capítulo Étnico del Acuerdo de Paz, y tener en cuenta el enfoque étnico en el marco de los diálogos con otros grupos armados como el ELN, y a tener en cuenta el reconocimiento de la JEP a la naturaleza y los ecosistemas como sujetos de derecho y de reparación en el marco de la justicia transicional.
Por último, la Concejala invita a los concejales y Concejalas, medios de comunicación y sociedad civil a seguir el foro sobre víctimas que se adelantara el día 11 de abril en el recinto comuneros del Concejo de Bogotá
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Página web: https://atiquigua.co/