“La violencia contra las mujeres y las niñas es una cuestión global.”[1] Así lo afirmó la Unesco, institución que también asegura que contra ellas persiste una de las amenazas y violaciones más persistentes de derechos humanos. Lamentablemente Latinoamérica y el Caribe es laregión que más casos reporta de feminicidios en el mundo, pues en el 2016 al menos 1.831 mujeres fueron asesinadas, frente a 1.661 en 2015.Un 38 % del total de esos homicidios son cometidos por las parejas de las víctimas según informa el PNUD y ONU Mujeres.[2]
Si bien en América Latina existe un gran compromiso por parte de los gobiernos locales para contrarrestar este flagelo, aún los retos son enormes, en especial en la región Caribe. El informe de la ONU citado anteriormente señala que en las Américas el 29,8 % de las mujeres han sido víctimas de violencia por parte de su pareja y un 10,7 % ha sufrido violencia sexual fuera de la pareja.
La ONU ha consagradoel pasado sábado 25 de noviembre como el Día Internacional de Eliminación de la Violencia contra la Mujer, con el fin de hacer visibilizar la problemática, así como de ofrecer las soluciones; poner fin a la impunidad e invertir los suficientes recursos –que aún son escasos– en la prevención y la respuesta temprana para eliminar la violencia contra las mujeres y niñas, afirmó Ana Güezmes García, Representante de ONU Mujeres en Colombia.
Es necesario acotar que el término ‘violencia contra la mujer’ se entiende como todo acto de violencia basado en el género que dé o pueda dar lugar a un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, incluyendo amenaza de dichos actos, coerción o privación arbitrarias de su libertad, ya sea en la vida privada o en la pública.[3]Así mismo, este tipo de violencia no conoce fronteras sociales, económicas, étnicas o nacionales y se ejerce contra mujeres y niñas de todas las edades. La Unesco ha determinado que por lo menos una de cada tres mujeres en el mundo entero ha sido golpeada, forzada sexualmente o abusada emocionalmente en el curso de su vida, más a menudo por su pareja.
En el caso de Colombia, las cifras no se alejan de la situación de la región, que representan un preocupante aumento, pues en el periodo comprendido entre enero y octubre de 2016 Medicina Legal realizó 17.711 exámenes médico-legales por presuntos delitos sexuales, en el mismo periodo de 2017 ya se han realizado 19.631, representando un aumento del 10, 84 por ciento de casos frente al año inmediatamente anterior, afectando en su mayoría a las mujeres. A lo largo del 2016 se reportaron ante la misma institución 15.082 casos de violencia sexual contra mujeres, en lo que va corrido del 2017 se han reportado 16.814, que representa un 10,30%que el año pasado. Esto quiere decir que los crímenes sexuales que se cometen contra las mujeres representan el 85 por ciento del total de registros del 2017. Lamentablemente Bogotá es la ciudad que más registra casos de este flagelo con 2.989 casos, seguido por Antioquia con 1.467 casos, Valle con 1.299 y Cundinamarca con 1.034 casos.[4]
YulianaSamboní: ¡Que no sea una estadística más!
El 4 de diciembre de 2016 fue un día que marcó la historia de todos los bogotanos por un hecho que mostró en todas sus caras la violencia contra las mujeres: el secuestro, violación, tortura y asesinato de Yuliana Samboní, una niña indígena de 8 años procedente del departamento del Cauca. Queremos resaltar acá que el agravante del caso no tiene que ver con que el perpetrador, Rafael Uribe Noguera de 38 años de edad, pertenezca a una prestante y reconocida familia de arquitectos de la ciudad, como han querido centrar el caso algunos medios de comunicación y cientos de ciudadanos. En realidad, el caso reviste gran importancia por las características que reúne y la manera como se presentó: es un feminicidio, de una menor de edad, de origen humilde y perteneciente a una comunidad indígena. Ese fatídico día, fue raptada de su barrio, en una camioneta que no tardó en ser identificada y llevada a un apartamento en donde fue ultrajada, violentada, violada y asesinada,en una muestra de indiferencia por la vida misma de las mujeres.
Esta semana se conmemora un año de esta tragedia que enluto no solo a una familia, sino a miles de personas a lo largo y ancho de Colombia que rechazamos enfáticamente el hecho, pero que dejo ver una vez más la vulnerabilidad que reviste la niñez y las mujeres en nuestro país. Pedimos que este caso no sea una estadística más y que haga eco en las instituciones judiciales y en la sociedad misma colombiana para que hagamos una seria reflexión sobre la violencia en contra de nuestras madres, hermanas e hijas para que no se repitan estos casos.
[1]http://www.unesco.org/new/es/unesco/events/prizes-and-celebrations/celebrations/international-days/international-day-for-the-elimination-of-violence-against-women/
[3]Declaración de las Naciones Unidas sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, Asamblea General de las Naciones Unidas, 1993.
