En la capital del país, las alarmantes cifras de abuso sexual infantil revelan una abrumadora realidad: nuestros niños y niñas están siendo vulnerados en su integridad física y emocional; este panorama prende las alertas, pues en muchos de los casos los agresores se encuentran en el núcleo familiar del menor o en entornos escolares.
Las Estadísticas Delictivas de la Policía Nacional indican que, entre 2010 y 2023, se presentaron cerca de 203 denuncias relacionadas con abuso sexual, a niños, niñas y adolescentes en la ciudad; esto quiere decir que al día se registraron 7 ataques sexuales contra menores o un ataque cada tres horas.
Estas cifras son el termómetro que dejan al descubierto cuál es la población más vulnerable; de acuerdo a los datos recogidos el 86% de las víctimas son niñas, entre los primeros meses de nacidas hasta los 17 años. Pero más allá de las cifras, datos, análisis y reportes de las autoridades, es necesario hacer eco en la prevención para evitar que más menores sigan siendo vulnerados en sus derechos. Existe un adagio popular que afirma que es preferible prevenir que lamentar; no obstante, en Bogotá, esta premisa no se aplica en la actualidad.
Desde hace varios años en el distrito contamos con un extenso andamiaje institucional orientado a la atención de casos por abuso sexual infantil, pero en lo que respecta a medidas preventivas, los esfuerzos son mínimos y las aterradoras estadísticas lo corroboran; pareciera que la institucionalidad desde tiempo atrás, ha adoptado la costumbre de actuar solo cuando el daño es irreversible; cuando al menor se le ven apagados sus sueños y su confianza ha sido destruida.
Por eso es urgente, unir esfuerzos y estrategias encaminadas a un trabajo de cooperación y coordinación que su foco sea la prevención del ASI; todo con el fin de diseñar, formular e implementar una iniciativa pública que priorice la lucha contra el abuso sexual infantil en Bogotá; la meta para el distrito debe ser “convertirse en un modelo de espacios seguros para los menores, en el que se disminuya a 0 víctimas de este flagelo”. Modelo que podría ser replicado para el resto de Colombia. Países de diferentes latitudes del mundo, están trabajando de manera ardua por alcanzar las metas que trazó la Organización de las Naciones Unidas para el 2030, que tienen como propósito mejorar la condición de vida de sus habitantes en diferentes temas; por ello autoridades, instituciones y líderes distritales tenemos la oportunidad de trabajar con miras a alcanzar el objetivo No. 16 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: “Proteger a los niños contra el abuso, la explotación, el tráfico y la violencia”.
Considerando el análisis de políticas públicas con las que cuenta el distrito, se pueden destacar cuatro elementos esenciales que justifican la urgencia de implementar un gran plan para la prevención del ASI:
- En primer lugar, es necesario abordar el ASI como una problemática social relevante que afecta a un gran número de personas y que podría tocar a la puerta de todos sin distingo de ningún tipo. Este tipo de situaciones generan en el menor graves problemas emocionales, sociales, escolares, entre otros, ya que su desarrollo se ve afectado.
- Se hace necesario implementar acciones estatales específicas y efectivas que se dirijan de manera directa a esta problemática pública, abordando sus raíces para reducir sus impactos. La propia Constitución Política establece la obligación de la familia, la sociedad y el Estado de asistir y proteger al niño.
- Este delito se configura en un gran problema de salud pública cuando los menores abusados sexualmente se convierten en pacientes con enfermedades de transmisión sexual (ETS) y embarazos adolescentes.
- Se reconoce la importancia de la participación activa de la ciudadanía en la prevención del ASI. Este compromiso efectivo implica la colaboración entre padres de familia, cuidadores, maestros, ONG, fundaciones, colegios y universidades, formando una red sólida que trabaje hacia la construcción de un entorno seguro para todos los niños y niñas de Bogotá.
Esta situación fue abordada de manera rigurosa durante el debate de control político liderado por la bancada del Partido MIRA en el Concejo de Bogotá, un escenario en el que se presentaron las cifras, se realizó un análisis a las acciones institucionales, se hizo la propuesta de Política Pública y se hizo el llamado a las acciones urgentes que se deben tomar. La conclusión contundente es que la ciudad tiene una deuda con los niños y niñas.
Para pagar esta deuda, no basta con la implementación de simples protocolos, charlas o campañas, el distrito se debe comprometer a desarrollar instrumentos jurídicos efectivos, estableciendo una meta específica en el Plan de Desarrollo enfocado en prevenir el ASI.El Gobierno Distrital tiene una gran oportunidad: pasar a la historia como la administración que priorizó los derechos de los niños y niñas en nuestra capital.
Como Concejales del Partido MIRA propondremos un proyecto de acuerdo para formular, implementar y evaluar la Política Pública de Prevención del Abuso Sexual Infantil en el Distrito Capital, así como la creación de la Subcomisión de Vigilancia y Control en esta materia, porque el diálogo interinstitucional es el camino para garantizar el goce de los derechos de nuestros niños, niñas y adolescentes.
¡Unidos prevenimos el abuso sexual infantil!
