Sumado a ello, se presenta un problema de salud pública en la zona, pues los escombros generan un ambiente malsano de humedad y malos olores. “Esta comunidad lleva más de una década sufriendo porque estos terrenos están al garete. Los habitantes se debaten entre dos males: un parqueadero ilegal y un bloqueo que los afecta en su diario vivir. Si la avenida se va a construir, lo más lógico es que el Distrito compre estos predios y planifique las acciones para no llegar a hacer estragos”, señaló el concejal Julio César Acosta.
Hoy, muchas familias no pudieron mandar a sus hijos al colegio, porque no había agua para bañarlos ni para cocinar. “Ya es hora de que el IDU nos dé una solución, si bien una parte del predio es de un particular, estos terrenos se han convertido en un dolor de cabeza para nosotros. Necesitamos medidas de fondo, para que este viacrucis termine. Que, por lo menos, hoy resuelvan lo urgente y arreglen el daño que ellos mismos causaron”, dijo John Pardo, presidente de la Junta de Acción Comunal del Barrio Santa Catalina.
El concejal Julio César Acosta hace un llamado al Instituto de Desarrollo Urbano para que se defina qué pasará con estos predios y se termine el suplicio de los habitantes a quienes el sueño de una vía se les convirtió en pesadilla.
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