Como concejal de Bogotá y defensor incansable de la seguridad y el bienestar de nuestra comunidad, no puedo permanecer indiferente frente a las cifras alarmantes que hemos conocido recientemente sobre el número de personas quemadas en nuestra ciudad.
Este año, Bogotá registra un preocupante incremento en los casos de quemaduras provocadas por el uso indebido de pólvora, afectando particularmente a niños, niñas y adolescentes. Esta situación no solo representa una tragedia para las familias involucradas, sino también una muestra de cómo la irresponsabilidad y la falta de control pueden poner en riesgo vidas y generar presión adicional sobre nuestro sistema de salud.
Desde el Concejo de Bogotá, reitero mi exigencia a las autoridades distritales para fortalecer las campañas de sensibilización y los controles sobre la venta ilegal de pólvora. Asimismo, hago un llamado a las alcaldías locales, a la Policía Metropolitana y a la ciudadanía en general para que, de manera conjunta, hagamos frente a esta problemática que empaña nuestras festividades.
Quiero ser enfático: la solución no radica únicamente en más operativos, sino en un cambio cultural profundo que valore la vida y priorice la seguridad, especialmente de nuestros niños y jóvenes. Es por esto que insto a los padres de familia y cuidadores a asumir su responsabilidad, evitando exponer a los menores al peligro que representa la pólvora.
Partido Liberal Colombiano