La contaminación atmosférica es uno de los principales desafíos en las ciudades de América Latina, cuya importancia está sustentada en la evidencia de su impacto negativo en la salud respiratoria y cardiovascular, y por ende, en el deterioro de la calidad de vida. Incluso a bajas concentraciones y con cortos tiempos de exposición, el material particulado puede tener implicaciones en la salud humana. Lo que quiere decir que NO existe un umbral determinado y que ‘cualquier’ exposición tiene un riesgo asociado.
El tráfico vehicular representa la fuente más significativa de material particulado no solo por las cantidades que emite, sino por la cercanía de este tipo de fuentes a los seres humanos. Estudios internacionales también han demostrado que la principal causa de ruido en las ciudades es el tráfico vehicular. Mejorar las condiciones de aire se logra reduciendo la exposición de las personas y mitigando la emisión de contaminantes atmosféricos.
Un particular problema ha sido el aumento del transporte motorizado individual, como el automóvil particular y las motocicletas. La flota de motocicletas en la región latina ha crecido de 2.8 a 7.2 millones entre 2007 y 2014, representando un aumento del 153%, con un crecimiento anual promedio de 13.6%. Mientras que la flota de automóviles particulares ha crecido de 24.7 a 35.2 millones entre 2007 y 2014, un aumento del 45% con un crecimiento anual promedio de 4.4%[1].
Según el informe de calidad de vida de Bogotá Cómo Vamos, entre 2011 y 2019 los viajes en modos sostenibles (peatonal, bicicleta, SITP) han disminuido pasando del 72,3% al 67,3%. Igualmente, entre el 2009 y el 2019 el número de automóviles aumentó en un 83% ocasionando altos niveles de congestión.
Ilustración 1. Distribución modal en Bogotá 2019
Fuente: Bogotá Cómo Vamos (2020)
No obstante, la satisfacción ponderada en los modos de transporte sostenibles es de 48,7%. De modo que la bicicleta es un medio de transporte muy importante teniendo en cuenta algunas de las metas de movilidad dentro del Plan Distrital de Desarrollo como aumentar la participación de uso de modos sostenibles (la bicicleta está en 6,6% con corte al 2019); y aumentar el nivel de satisfacción de los usuarios de transporte en cada uno de los modos sostenibles (el de la bicicleta se ubica en 81% con corte a 2019)[2].
Ilustración 2. Satisfacción modos sostenibles 2019
Fuente: Bogotá Cómo Vamos
El uso de la bicicleta trae beneficios individuales en términos de salud: promueve la actividad física moderada y frecuente en la vida cotidiana de la población previniendo enfermedades crónicas como la hipertensión, diabetes, obesidad, entre otras. Estudios científicos en ciudades europeas han asociado el uso de la bicicleta con una reducción de 28% en el riesgo de mortalidad por todas las causas, además los países con mayores tasas de uso de la bicicleta tienen menor prevalencia de obesidad[3].
En segundo lugar, trae beneficios colectivos como reducir la congestión vehicular, mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuir el de ruido ambiental asociado a los automotores. Respecto a la salud ambiental, garantizar un aire limpio para desplazarse en bicicleta debe ser una prioridad; de otra forma, promover los viajes en bicicleta (sin otras políticas como la de desincentivar el uso del vehículo particular) puede aumentar el riesgo de exposición a contaminantes atmosféricos que inciden en el deterioro de la salud de los ciclistas y peatones, quienes son los que tienen mayor exposición.
Ahora bien, la sostenibilidad del transporte debe analizarse desde su impacto social y ambiental. En ese sentido, el gobierno distrital debe velar por que los ciudadanos tengan acceso a un servicio de transporte de calidad, a través de modos que generen la menor congestión, accidentalidad e impacto ambiental sin importar las condiciones económicas de cada persona, es decir, que resulte equitativo.
El concejal Armando Gutiérrez advierte que se debe apuntar a desincentivar el uso del vehículo motorizado (sea auto o moto) bajo el enfoque de ‘Evitar, Cambiar y Mejorar’:
- •Evitar o reducir los viajes motorizados o la necesidad de desplazamientos distantes,
- •Cambiar a modos de transporte más sostenibles (no motorizado y público)
- •Mejorar la eficiencia energética de los medios de transporte y la tecnología de los vehículos.
A nivel normativo, el Acuerdo 708 de 2018 dicta lineamientos de política pública de la bicicleta y establece algunos principios como la accesibilidad (garantizar a toda la población el uso de la bicicleta y su infraestructura) y la igualdad (que el ciclista tenga las mismas condiciones que los usuarios de otros medios de transporte). Además, dentro de sus lineamientos establece la garantía de infraestructura, que incluye ciclorrutas y parqueaderos.
“Promover un incremento en los viajes a pie, en bicicleta y en el transporte público se logra mejorando la infraestructura vial para peatones y biciusuarios (más ciclorutas, estacionamientos y zonas de taller y servicio), mejorando la seguridad para quienes se movilizan por estos medios y haciendo las estaciones y portales de Transmilenio más seguras y amigables para los usuarios. Se trata de hacer los medios de transporte alternativos altamente competitivos para desincentivar el uso o la compra de nuevos vehículos” advirtió el concejal.
Para cumplir con los compromisos internacionales de disminución de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global y la actual crisis climática, se requieren acciones concretas e inmediatas. No sólo bastará implementar mejores tecnologías vehiculares sino especialmente políticas que permitan un cambio en el comportamiento de los ciudadanos (como podrían ser los impuestos y mejoras en el transporte público).
Concejal Armando Gutiérrez González
Partido Liberal
[1] CEPAL (2018). El desafío del sector transporte en el contexto del cumplimiento de las contribuciones determinadas a nivel nacional de América Latina. Recuperado de https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/44344/1/S1800399_es.pdf
[2] Bogotá Cómo Vamos (2020). Informe de calidad de vida. Recuperado de https://bogotacomovamos.org/vigesimo-segundo-informe-de-calidad-de-vida-en-bogota-2019-2/
[3] Banco Interamericano de Desarrollo y Universidad de los Andes (2017). Cómo promover el buen uso de la bicicleta. Exposición del ciclista en ámbito urbano. Diagnóstico y recomendaciones. Recuperado de https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/Como-promover-el-buen-uso-de-la-bicicleta-Exposicion-del-ciclista-en-ambito-urbano-Diagnostico-y-recomendaciones.pdf