La creciente inseguridad en el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) en Bogotá ha generado una profunda preocupación entre los usuarios y las autoridades. A pesar de las millonarias inversiones en tecnología, como las cámaras de seguridad, los índices de criminalidad continúan en aumento.
Según la Encuesta de Convivencia y Seguridad Ciudadana (ECSC) 2021, el transporte público es percibido como inseguro por el 50.3% de los bogotanos. Este índice refleja el temor generalizado entre los usuarios del SITP, especialmente en las troncales de TransMilenio, donde se concentra gran parte de los delitos. Esta percepción se ve reflejada en las cifras de criminalidad, donde los hurtos han crecido un 60% en el sistema Transmilenio y los robos dentro de los buses han aumentado un alarmante 107% en los últimos once meses Las cámaras de seguridad, por sí solas, no representan una solución efectiva sin una respuesta oportuna de las autoridades y una gestión integral de los recursos. La integración tecnológica, que incluye el uso de inteligencia artificial para identificar patrones delictivos, representa una oportunidad desaprovechada si no se acompaña de un aumento en el patrullaje y en la capacidad operativa de las fuerzas de seguridad.
Los factores que facilitan la delincuencia en Transmilenio son múltiples: la falta de presencia policial, escasez de recursos para seguridad ciudadana, y una operación logística que no responde adecuadamente a las necesidades del sistema. La lenta circulación de las rutas y los prolongados tiempos de espera son condiciones que favorecen el accionar delictivo.
Uno de los pilares de la administración actual ha sido la inversión en tecnología para combatir la delincuencia en el SITP. Sin embargo, a pesar de que Bogotá ha crecido exponencialmente en la instalación de cámaras de seguridad, la ciudad no ha desarrollado una capacidad de respuesta proporcional a dicha expansión. En la actualidad, Bogotá cuenta con más de 30,000 cámaras instaladas, de las cuales solo el 35% están operativas, según cifras de la Contraloría de Bogotá.
Además del aumento del número y calidad de las cámaras, se debe asegurar su correcto funcionamiento y conexión al Centro de Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo (C4). La falta de interconexión ha sido un problema recurrente que limita la efectividad del sistema.
“El material grabado debe ser utilizado para prevenir y combatir el crimen en tiempo real, pero esto solo es posible si existe una adecuada coordinación entre el sistema de cámaras y la fuerza pública” señaló el cabildante. Es esencial aumentar el patrullaje policial en áreas críticas y durante horarios pico. Esto puede incluir el despliegue adicional de efectivos policiales en estaciones con alta incidencia delictiva o durante horas con mayor flujo de pasajeros.
Una recomendación clave, en apoyo a la fuerza pública, es la creación de un grupo especializado en seguridad dentro del sistema Transmilenio. Este grupo tendría como objetivo monitorear continuamente las estaciones y buses, así como responder rápidamente a incidentes reportados. Actualmente, el tiempo promedio de respuesta ante situaciones delictivas es de aproximadamente 30 minutos, lo cual es inaceptable.
Otro aspecto crucial señalado por el concejal es la seguridad en las zonas circundantes a las estaciones de TransMilenio. Según César Restrepo, director de Seguridad Ciudadana de ProBogotá, es necesario reforzar la vigilancia en un radio de 200 a 300 metros alrededor de las estaciones y portales.
La inseguridad en Transmilenio es un problema complejo que requiere un enfoque integral. La instalación de cámaras es solo una parte del rompecabezas; se necesita inversión adecuada en recursos humanos y tecnológicos para garantizar su efectividad, así como fomentar programas educativos que promuevan el respeto por el espacio público y la convivencia pacífica.
Igualmente, la colaboración entre instituciones, junto con una ciudadanía consciente y activa, será clave para transformar el sistema Transmilenio en un espacio seguro para todos los bogotanos La comunidad debe ser parte activa en la prevención del delito. Hago un llamado a las autoridades competentes para que se implementen estas estrategias con urgencia, y se realicen auditorías constantes sobre el funcionamiento del sistema de cámaras, estableciendo protocolos claros sobre su uso efectivo. Solo así se podrá avanzar hacia una Bogotá donde cada ciudadano pueda transitar libremente sin temor a ser víctima del delito.
Partido Liberal Colombiano