Cambio Climático en Bogotá: más allá del discurso

Los eventos climatológicos registrados en Bogotá desde finales del año inmediatamente anterior y lo corrido del 2024 no solo han afectado a la ciudadanía, sino que tienen en alerta a las autoridades ambientales en todos sus niveles. Haciendo un breve recuento, los incendios forestales de los Cerros Orientales y la sequía extrema de los embalses que suministran el recurso hídrico a la ciudad y municipios circundantes han puesto sobre la mesa un tema que va más allá de estos fenómenos extremos: el cambio climático, el cual llegó para quedarse.

La situación de los embalses en Bogotá sigue siendo crítica, sus niveles aún son bajos y, teniendo en cuenta que el fenómeno de La Niña presentará alteraciones en su ciclo, se puede concluir que existe una alta probabilidad de que la crisis hídrica se prolongué más tiempo de lo esperado, poniendo en riesgo el acceso al agua de los bogotanos, así como de los habitantes de los 11 municipios que dependen del sistema Chingaza, que aporta más del 70% del recurso hídrico requerido para atender esta demanda. El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales -IDEAM-, afirma que persiste una incertidumbre en las predicciones de precipitación y temperatura para Colombia en lo que resta del 2024 e inicios del 2025[1].

Cabe referir que el llenado del sistema Chingaza depende de las lluvias que provienen de la Amazonia y de la Orinoquía, el cual fue diseñado bajo el supuesto de la regulación anual de caudales, cuya infraestructura ha permitido proyectar que los embalases se llenen y se desocupen de manera sincrónica cada año. Pero los eventos climatológicos registrados en los últimos años han puesto en duda dicho supuesto, haciendo necesario replantear las estrategias para garantizar el abastecimiento del recurso hídrico en el futuro, dado que el comportamiento del clima es cada vez más impredecible. Lo anterior representa un reto para nuestros hábitos de consumo y, en general, para la manera como nos relacionamos con la naturaleza.

El fenómeno de El Niño puso en alerta a las autoridades distritales dado el bajo nivel que alcanzaron los embalses de Chuza y San Rafael, que conforman el sistema Chingaza y que abastece el 70% del agua que consumen millones de ciudadanos en la capital del país y en la sabana, el cual alcanzó su cota más baja en el mes de abril con un nivel de almacenamiento inferior al 16% para todo el sistema. Hoy el nivel de almacenamiento sigue siendo preocupante, pues las cifras que arrojaron las últimas mediciones de los embalses indican que su nivel sigue siendo bajo: el total del sistema Chingaza se encuentra por debajo del 48% y el Sistema Tibitóc - Agregado Norte se encuentra al 56,20% de su capacidad, representando un escenario que preocupa a las autoridades, pues las lluvias no han sido constantes, agosto fue el mes más seco de los últimos 55 años y el consumo por parte de los ciudadanos y la industria sigue siendo alto.

Las predicciones del IDEAM indican que a partir del trimestre septiembre-octubre-noviembre es probable que se dé inicio al fenómeno de La Niña, con una probabilidad de ocurrencia del 66% y que perdure hasta el trimestre enero-febrero-marzo de 2025 con una probabilidad del 57%. No obstante, la entidad advierte que, de ocurrir este fenómeno, sería de intensidad débil poniendo en dificultades la recuperación del nivel de los embalses y el abastecimiento de agua en el 2025.

Por su parte, el Instituto Distrital para la Gestión del Riesgo y Cambio Climático -IDIGER-, en su estudio “Plan de respuesta frente a la prestación del servicio de agua potable en Bogotá D.C” pronosticó que la transición del fenómeno de El Niño a una condición neutra y posteriormente al fenómeno de La Niña pueden ser demorados, por lo que el periodo de racionamiento se puede extender más tiempo de lo previsto inicialmente, teniendo en cuenta el tiempo que requieren los embalses que la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá -EAAB- ha identificado como deficitarios. En ese orden de ideas, el IDIGER recomienda que es necesario generar nuevas estrategias en caso de que las condiciones sigan siendo extremas.

Según el Ingeniero Diego Restrepo, experto en gestión de riesgos de inundación consultado por la Fundación Paz y Reconciliación, si no se consolida el fenómeno de La Niña, es probable que la próxima temporada seca también sea intensa y se tenga que enfrentar con los embalses en niveles bajos, lo que en 2025 podría poner a Bogotá en un escenario de desabastecimiento de agua más complicado de lo que vivió a inicios de este año[2].

Lo que resulta realmente preocupante es que los pronósticos se están alejando cada vez más de la realidad. Por ejemplo, según estimaciones del IDEAM en el mes de marzo de 2024 iniciaría un periodo de lluvias por encima de las precipitaciones promedio de las cuencas hidrográficas, pronóstico que fue un 40% menor de lo esperado, evidenciando que la variabilidad climática es cada vez mayor e impredecible, y que estimar los efectos de los fenómenos naturales es cada vez más difícil, poniendo a prueba la capacidad de las diferentes entidades distritales para atender los riesgos asociados al clima, lo cual, plantea la necesidad de fortalecer esta institucionalidad con recursos operativos, técnicos y financieros, con el fin de que la respuesta a las amenazas climáticas se adapten a su rápida transformación y sea más oportuna.

Si bien no es dable relacionar de manera directa los fenómenos hidroclimatológicos como El Niño o La Niña con el cambio climático, la profesora del Departamento de Ciencias de la Universidad de los Andes Catalina González Arango, sostiene el cambio climático está asociado al calentamiento del planeta, específicamente en la superficie del océano, lo cual, sí intensifica la oscilación o los extremos hidroclimatológicos, acentuando los fenómenos como El Niño o la Niña[3].

Se debe reconocer que las diferentes entidades del Distrito Capital vienen enfrentado con rigor los efectos de los fenómenos climatológicos que vienen afectando a la ciudad. Sin embargo, es un hecho que cada vez es más difícil predecir la variabilidad climática junto con sus consecuencias, lo cual, plantea un escenario de incertidumbre, que a su vez, representa retos importantes no solo a las instituciones públicas, sino también a los hábitos y  la cultura ciudadana.

Ahora bien, es hora de poner los ojos en el fenómeno de La Niña que está a la vuelta de la esquina. Si bien las predicciones indican que este fenómeno será de baja intensidad, no se puede bajar la guardia, pues la Ciudad Capital presenta un alto nivel de amenaza frente al riesgo por las lluvias, ya que es propensa a las inundaciones, así como a las avenidas torrenciales, deslizamientos, caída de árboles, entre otros, especialmente en las zonas de ladera y en los asentamientos informales. Tampoco se puede bajar la guardia frente a la estrategia de racionamiento, pues el hecho de que inicie la temporada de lluvias en la ciudad, no quiere decir que se presenten precipitaciones en los afluentes hídricos que abastecen a los embalses.

El Plan de Acción Climática para Bogotá 2020 – 2050 indica que el cambio climático es el mayor desafío que enfrenta la humanidad, en la medida en que pone en riesgo la vida de las personas, los sistemas de salud y de atención de emergencias, la economía, los ecosistemas y las especies, la infraestructura y otras variables interconectadas e interdependientes. Frente a este escenario, Bogotá reconoce la urgencia de hacerle frente al cambio climático de manera integral y basada en el esfuerzo colectivo. Este contexto demanda urgentemente implementar estrategias encaminadas a la reducción de emisiones de gases efecto invernadero, el fortalecimiento de nuestra resiliencia mediante la adaptación a un clima cambiante y la capacidad de gestionar soluciones innovadoras y justas con todos los ciudadanos[4].

H.C. Armando Gutiérrez

Partido Liberal Colombiano

firma armando

Twitter: @MandyGutierrezG
Instagram: @armandogutierrezg
Contacto de prensa: Diego Javier Mayorga Patiño,

[1] Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (2024) “INFORME DE PREDICCIÓN CLIMÁTICA A CORTO, MEDIANO Y LARGO PLAZO” Recuperado de: https://bart.ideam.gov.co/wrfideam/new_modelo/CPT/informe/Informe.pdf

[2] Fundación Paz y Reconciliación (2024) ¿Cuáles son los resultados de las medidas de racionamiento en Bogotá y qué sigue? Recuperado de: https://www.pares.com.co/post/cu%C3%A1les-son-los-resultados-de-las-medidas-de-racionamiento-en-bogot%C3%A1-y-qu%C3%A9-sigue

[3] Laverde Salamanca, Luis Felipe (2024) “Fenómeno del Niño: todas las preguntas sobre este evento climático” Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias. Recuperado de: https://uniandes.edu.co/es/noticias/ciencias-biologicas/fenomeno-del-nino-todas-las-preguntas-sobre-este-evento-climatico

[4] Alcaldía Mayor de Bogotá (2020) “Plan de Acción Climática para Bogotá 2020 – 2050” Recuperado de: file:///Users/santiagobalcazar/Downloads/Plan-de-Accio769_n-Clima769_tica-Documento-Te769_cnico-30-04-21-1%20(1).pdf

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