El mes más esperado por muchos en el año para compartir en familia, salir de vacaciones, comer las recetas tradiciones, repartir regalos, tomarse unos tragos y en algunos casos, para usar pólvora en espectáculos, que deberían ser administrados por técnicos especialistas.
Me enfocaré en estas últimas dos actividades, ya que por estos días la capital se ha visto expuesta a dos lunares negros, en el acontecer decembrino: las lesiones por pólvora y la muerte de varios ciudadanos por consumo de licor adulterado.
El primer lunar, los quemados por pólvora, según las cifras del Instituto Nacional de Salud ya son 156 las víctimas en el país, que por el mal uso de artefactos pirotécnicos han sufrido quemaduras, especialmente, por el uso de artefactos de la categoría 3 como voladores, volcanes, totes grandes y cohetes. Estas cifras corresponden a los primeros ocho días de diciembre y de los quemados, llama la atención que 54 son menores de edad y 7 de ellos, estaban acompañados por un adulto bajo efectos del alcohol.
Actualmente, la capital cuenta con un Escuadrón Antipólvora de la Policía Metropolitana de Bogotá, cuya misión es controlar el expendio ilegal y el uso indebido de la pólvora y los delitos relacionados con esta actividad. La Policía en Bogotá, en la primera semana de diciembre, ha incautado más de 230 kilos de material pirotécnico que estaba listo para ser vendido indiscriminadamente y sin cumplir con la normatividad vigente, poniendo en peligro la vida de los posibles manipuladores.
Deberían ser sólo los profesionales bien preparados, los que se encarguen de la manipulación de la pólvora y no los niños indefensos que en muchos casos están supervisados por un adulto bajo los efectos del alcohol.
El segundo lunar decembrino, son los muertos y hospitalizados por el licor adulterado. Este ya ha dejado más de 30 personas víctimas fatales del licor mezclado con metanol (cifras entre el 24 de nov y 7 de diciembre). En la mayoría de los casos los consumidores no revisan la estampilla y por obtener un producto más barato, pueden perder la vista, quedar en coma, presentar taquicardia, convulsiones, fallas respiratorias y hasta perder la vida. Según las cifras de la Secretaría de Salud, en el lapso descrito, 16 personas perdieron la vida en Bogotá, 12 más han sido hospitalizadas, y 3 más han muerto en Soacha, a causa del consumo de una bebida o aperitivo de aguardiente o ron, identificada como Rey de Reyes, que contiene altos grados de metanol, y es responsable de muchas de las intoxicaciones fatales con licor adulterado.
Lo más preocupante es que de acuerdo a las noticias este tipo de bebidas se comercializan en el mercado negro, al parecer, el Rey de Reyes se produce de manera artesanal en Kennedy y no cuenta con ningún registro. Es comercializado en las calles por los famosos revendedores, y en establecimientos inescrupulosos de barrio, quienes venden este licor en una presentación de 357 mililitros, con una concentración de 19,5% de alcohol.
Al respecto, las Secretarías de Seguridad, Integración Social, de Salud y de Gobierno, la Policía Metropolitana y el INVIMA, vienen realizando un trabajo en inspección, vigilancia y control, recorriendo las diferentes localidades, visitando expendios de alimentos bebidas donde se venden licores, haciendo análisis de los licores, decomisando mercancía que puede ser tóxica y cerrando establecimientos que venden licor adulterado. Según Alejandro Gómez, secretario de Salud de Bogotá, los operativos se han centrado en las localidades de Santafé, La Candelaria, Tunjuelito, Usme y Kennedy, todo con miras a cortar la cadena de suministro de bebidas como el Rey de Reyes.
Personalmente, hago un llamado a todos los bogotanos, como habitantes de las diferentes localidades, tenemos la responsabilidad de estar alertas y denunciar a los establecimientos que vendan licores de dudosa procedencia o sin estampilla, o a las personas que comercializan pólvora sin cumplir con las normas. En la línea 123 o en el hospital de su localidad agradecerán cualquier información al respecto, y usted podrá contribuir a salvar muchas vidas. Así mismo, invito a quienes deseen comprar licor, para que lo hagan en establecimientos que cumplan con todas las normas sanitarias, cuyos productos tengan registro sanitario, y las etiquetas y sellos que exige la ley. Cuidémonos entre todos.
