El presidente Petro miente y desconoce la realidad de inseguridad que se vive en Bogotá

• El concejal del Centro Democrático, Julián Uscátegui, con la firma de 20 concejales de diferentes bancadas, le envió una carta al presidente Gustavo Petro donde le pide que no le mienta a los bogotanos, que reconozca la crisis de seguridad que azota a la ciudad y que tome verdaderas medidas para contener el crimen en la ciudad.

• “Como concejales de Bogotá, debemos rechazar enfáticamente sus palabras, que lejos de inspirar confianza, promueven discursos de odio en contra de un sector político que hoy le hace oposición y nada aporta en la lucha contra el crimen y recuperación de la confianza en las autoridades” aseguran los cabildantes en la carta.

En la misiva enviada al presidente Petro, los concejales de la ciudad rechazan enfáticamente las declaraciones del mandatario en las que asegura que, las cifras de inseguridad de la capital son las más bajas de la historia.

“El presidente minimiza la gravedad de la crisis de seguridad que azota a nuestra ciudad. Es preocupante que, ante los evidentes y recientes hechos de violencia que se han presentado en Bogotá, que evidentemente reflejan un incremento del actuar delictivo en la capital, su respuesta sea el desconocimiento de una realidad insostenible que está cobrando vidas y qué está sembrando terror y desazón en la ciudadanía, aduciendo que se trata de inventos de sus contradictores para atacar su gestión” aseguró el concejal Julián Uscátegui en la carta que fue apoyada por 20 cabildantes.

Adicionalmente, frente al trino donde manifiesta que: “el gobierno nacional ayudará al alcalde Galán en su actual compromiso de seguridad en la ciudad”, los concejales le pidieron al presidente que apoye a la ciudad con recursos que permitan renovar el sistema de vigilancia, que incremente el pie de fuerza de la Policía Metropolitana de Bogotá y que fortalezca la presencia de las Fuerzas Militares; pero que se abstenga de imponer su política de ‘paz total’ que beneficia únicamente a los actores criminales, reduce las capacidades de la fuerza pública y, en consecuencia, desencadena nuevos y peores ciclos de violencia en la ciudad.