El Río Bogotá es la principal determinante ambiental del Distrito Capital, por tanto, la viabilidad de la ciudad a futuro depende de la sanidad de esa cuenca, que abarca en sus 589.143 hectáreas el territorio de 47 municipios y las descargas de 12 millones de personas, al mismo tiempo que sus actividades agropecuarias e industriales aportan el 32 % del PIB nacional.
No obstante, el Río Bogotá es uno de los cuerpos de agua más contaminados del mundo. Su deterioro ambiental proviene de 442 toneladas diarias de desechos, 5,2 toneladas de detergente y 1473 toneladas de sólidos (35 tracto mulas diarias de residuos). Sin embargo, solo el 35 % de las aguas residuales recibe tratamiento.
De los 380 kilómetros de longitud del Rio Bogotá, 90 de ellos pertenecen a los municipios de Funza, Mosquera, Soacha, Sibaté y Granada, más el Distrito Capital. En esta Cuenca Media el río Bogotá pasa de 4 a 8 en su nivel de contaminación. Nivel que siendo el máximo en su recorrido, se mantendrá a lo largo de toda la cuenca media y marcará su desembocadura en el Río Magdalena, a la altura del Municipio de Girardot.
Como todas las problemáticas de contaminación ambiental, la del Rio Bogotá tienen un origen socioeconómico y político, al cual las soluciones técnicas deben ser complementarias. Y no a la inversa.
En ese marco, la Concejala Ati Quigua ha demandado en el día de hoy, DÍA DEL RÍO BOGOTÁ, una relectura de los planes de descontaminación de ese cuerpo de agua, cuyas inversiones, las más grandes del país y del continente, están centradas en las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR). Soluciones que, dada la situación actual de un rio prácticamente muerto, bien podrían aportar a su descontaminación, cuyas acciones se realizan en los vertimientos, pero no a su saneamiento, cuyas acciones correspondes al control de las fuentes de la contaminación.
En ese sentido, la Concejal Ati Quigua, propone una dimensión socioecosistémica a la solución, con dos componentes: en primer lugar, la generación de una cultura del agua construida desde los micro-territorios, que constituya la base de un modelo de gobernanza del Río Bogotá. Y, en segundo lugar, la definición de un modelo de financiación diferencial, donde no sea toda la ciudadanía la que termine pagando un problema generado por las industrias sin control, con el apoyo de las autoridades ambientales. Componentes que se materializan en una Hidrópolis para Bogotá-Región, un modelo de gestión del sistema hídrico construido desde los ciclos del agua.
Como una acción estructurante de estas medidas desde lo social y lo simbólico, la Concejala Ati Quigua propone la declaratoria del Río Bogotá como sujeto de derecho, en la perspectiva de los nueve (9) ríos colombianos que hoy gozan de esa condición. En esa medida, la Concejala procederá a socializar la iniciativa de acuerdo mediante el cual el ciclo natural del agua, sea la base de un hábitat saludable, justa, sustentable y en paz para Bogotá – Región, la cual ha denominado Hidropolis.
Se pone en consideración de la ciudadanía la iniciativa de acuerdo “POR MEDIO DEL CUAL SE ESTABLECE LA HIDRÓPOLIS BOGOTÁ-REGIÓN Y LOS LINEAMIENTOS PARA SU IMPLEMENTACIÓN, Y SE DICTAN OTRAS DISPOSICIONES”, en un ejercicio de “Democracia Vital”, para las reflexiones, propuestas, opiniones y sugerencias que pueden ser enviadas al correo asquigua@concejobogotagov.co
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Página web: https://atiquigua.co/