La concejala María Clara Name Ramírez del Partido Alianza Verde, en debate de control político en el cabildo distrital, advirtió que en todas las localidades de la ciudad existen altos factores de riesgo de explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes, convirtiéndolos en carne de cañón. Las localidades de los mártires y Chapinero son las más críticas, así como Usaquén, Suba, Fontibón, La Candelaria, Antonio Nariño, Rafael Uribe Uribe, Tunjuelito y Ciudad Bolívar.
Para el año 2022, según la ONG Valientes Colombia la tasa más alta de casos en el país de explotación sexual comercial la tiene Bogotá, con el 44.51 por cada 100 mil menores, seguida por Guaviare y Caldas.
Por su parte, un estudio del IDIPRON arrojó que la localidad de Los Mártires es uno de los sectores de Bogotá en donde es más visible este delito, especialmente en el barrio Santafé. En Chapinero los menores se enfrentan a la alta demanda de servicios sexuales y en la Candelaria el turismo sexual es una de las modalidades que más se presentan, por la presencia de extranjeros y por la gran cantidad de bares, hoteles y hostales que permiten el ingreso de menores de edad en compañía de adultos sin ninguna restricción.
Finalmente, la Concejal manifestó su preocupación por el aumento de estos casos en los colegios del Distrito, por cuanto el Sistemas de Alertas de la Oficina para la Convivencia Escolar de la Secretaría de Educación reportó para el período 2018 - 2022, 330 presuntos casos de explotación, pornografía y turismo sexual con esta población vulnerable así: para el año 2022, se reportaron 139 presuntos casos, frente a 61 del 2021, 45 del 2020, 33 en el año 2019 y 52 en el 2018.
La cabildante dejó claro que si bien, los datos reportados por el Sistema de Alertas no determinan ni confirman estos delitos, ya que son las autoridades judiciales y administrativas las encargadas de comprobarlo, si es un reflejo de lo que está pasando al interior de los colegios lo cual es muy preocupante.
Y finalizó expresando que: “La Administración no puede conformarse con iniciativas que declaren a Bogotá como “La Ciudad de las Niñas, Niños y Adolescentes”, sino que debe ir más allá en su exigencia para que el Distrito con acciones y resultados protejan y garanticen los derechos fundamentales de los menores.