Padre Papá Javier de Nicoló: Toda una vida de Servicio que Tenemos que Resaltar y Valorar

Fotografìa tomada de IDIPRON.GOV.CO

La importancia del proyecto de acuerdo mediante el cual se le rinde homenaje al Padre Javier de Nicoló puesto a consideración en esta oportunidad en el Cabildo Distrital es incalculable, pues no solo es justo, sino también oportuno y necesario rendirle homenaje al Padre “Papá” Javier de Nicoló, una persona que, con su bondad, sencillez y vocación de servicio, entregó su vida entera  a las personas menos favorecidas, brindándoles la posibilidad de mejorar las condiciones de vida a los niños, niñas y jóvenes que vivían en extrema pobreza en Colombia y en nuestra ciudad, permitiéndoles una mejor calidad de vida, facilitándoles el acceso a una vivienda digna, educación de calidad, pero sobre todo, comprensión y amor.

Hasta la fecha, se tienen documentados a por lo menos 80.000 jóvenes en diferentes ciudades del país en 40 casas que su fundación logró poner a funcionar para resocializar a jóvenes desde los 15 hasta los 22 años. Algunos han podido incluso ser profesionales tras haberlo perdido todo.[1] También dentro de sus obras, se destaca la creación de lo que hoy es el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (IDIPRON).

Un artículo publicado por el IDIPRON en conmemoración de su fallecimiento, señaló que “el deseo del padre Javier De Nicoló de servir a los más vulnerables surgió muy temprano en su vida cuando un hombre salesiano les decía a él y a otros muchachos en su natal Barí (Italia) que la mejor profesión del mundo era servir, con o sin guerra.”[2]

“Papá” Nicoló, como lo llamaban muchos habitantes y ex habitantes de calle, o Javier, como a él le gustaba que lo llamaran, estudió teología, psicopedagogía, educación personalizada, desarrollo organizacional, dinámica de grupo, métodos de planeación y matemáticas y se destacó por acercarse a estas poblaciones difíciles con la estrategia del amor, a cuya carencia en las familias él culpaba de muchos males.[3]

En el año de 1970, el Alcalde Mayor de Bogotá, Carlos Albán Holguín, lo nombró director del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (IDIPRON), cargo que desempeñó hasta el 2008, cuando fue retirado por la administración distrital tras el cuestionado trámite de un derecho de petición de un abogado que reclamaba que el padre, con 80 años, hacía 15 había pasado la edad de retiro de todo servidor público. 

Una vez desvinculado de la institución, se dedicó exclusivamente a la Fundación Servicio Juvenil, que lideraba de manera simultánea con el IDIPRON. Esta fundación se centró en la formación técnica, en la búsqueda de empleo y emprendimiento para los jóvenes que atendía.[4]

Institucionalizar la Orden Civil al mérito JAVIER DE NICOLO en el Grado Cruz de Oro como un homenaje a la obra del Padre Javier de Nicoló es una oportunidad que se presenta para reflexionar y entender la importancia de la vocación del servicio por los demás; es la oportunidad que tenemos para reflexionar sobre nuestra capacidad de transformar la realidad de miles de ciudadanos que se encuentran en condición de vulnerabilidad, y es ocasión para repensar las políticas públicas ineficientes e inequitativas, que no impactan positivamente en la reducción de las desigualdades sociales. La sencillez y disposición del servicio del “Papá” Nicoló a los menos favorecidos son un ejemplo que debemos seguir y su legado debe continuar.

Aquel que da su vida entera por los demás, en especial por los niños y niñas, es merecedor de los más grandes homenajes, galardones y reconocimientos. Es imperativo engrandecer su obra y su legado, para que sirva como ejemplo a seguir.

Por las consideraciones planteadas, el Concejal Armando Gutiérrez González, ponente de la iniciativa mencionada, apoyó con su ponencia y voto positivo el Proyecto de Acuerdo mediante el cual se le rinde homenaje al Padre “Papá” Javier de Nicoló.