Con estos recursos, que acienden a $6,08 billones, el Distrito garantiza la finzanciación del 30% de la obra, el restante 70%, es decir, $15,1 billones, lo aportará la Nación.
A pesar que el proyecto cuenta con detractores, tanto al interior del Cabildo como fuera de él, lo cierto es que este hecho marca un hito histórico en la ciudad de Bogotá porque se obtuvieron los recursos para la financiación de una obra de infraestructura sólida que los ciudadanos han venido reclamando a gritos desde hace poco más de cincuenta años.
La aprobación del Conpes por parte del Gobierno Nacional para este proyecto fue un espaldarazo para el proyecto y es una garantía para la ejecución de la obra, pues el Conpes es un un documento riguroso en el cual personas especializadas de alto nivel, mediante un estudio claro, serio, de factibilidad, rentabilidad, socioambiental, físico y espaciales, definen claramente una estrategia, en este caso, una estrategia para el sistema de transporte integral masivo de la capital de la República. En este orden de ideas, el Conpes marcó el camino, los criterios y requisitos, para estructurar y avalar el proyecto, junto con los líneamientos para su evaluación, tanto así que la Primera Línea del Metro ha sido declarada de imporancia estrategica para la Nación.
Ratomando el tema de las las vigencias futuras, consideramos pertinente hacer algunas aclaraciones para comprender lo aprobado por la Corporación:
En primer lugar, las vigencias futuras son una autorización que otorgó el Concejo en plenaria para comprometer y administrar recursos con el fin de garantizar la financiacion de la construcción de la obra de la Primera Línea del Metro de Bogotá, ya que dada su complejidad, tamaño, costo y duración, no puede ser ejecutada dentro de la vigencia en curso. Al requerir ejecutarse en más de una vigencia fiscal dada su naturaleza, la obra requiere una programación presupuestal plurianual, el cual compronmete espacios de gasto público con anterioridad a la aprobación por parte de la Corporación. En este orden de ideas, las vigencias futuras constituyen la figura presupuestal que permite planificar y financiar proyectos bajo una óptica de largo y mediano plazo y superar la limitación natural que representa la anualidad del presupuesto público.
En segundo lugar, es pertinente señalar que estamos en presencia de vigencias futuras ordinarias por cuanto estas contienen los requisitos exigidos por la ley, pues cuentan con apropiación del quince por ciento (15%) de la vigencia fiscal en la que han sido autorizadas y por cuanto han sido aprobadas un año antes del último año de gobierno, razón por la cual dentro de sus exigencias no requiere la definición de obras prioritarias ni de ingeniería de detalle, que son características propias de las vigencias futuras excepcionales.
Las razones expuestas, entre otras, nos permite tener la seguridad jurídica suficiente que legal y jurisprudencialmente el Proyecto de Acuerdo presentado por la Administración Distrital al Concejo de Bogotá y mediante el cual se aprobaron las vigencias futuras para la Primera Línea del Metro de Bogotá, cuenta con los soportes técnicos, juridicos y financieros necesarios para su aprobación, y con los requisitos legales exigidos en todos y cada uno de sus componentes. Es preciso recordar que los estudios del proyecto alcanzaron el nivel de factibilidad suficientes que permitió su certificación por parte de la Financiera de Desarrollo Nacional y aprobados por el Conpes, lo cual nos lleva a inferir su cumplimiento estricto lo cual fortalece el Proyecto de Acuerdo y lo blinda ante el estudio formal de otras instancias administrativas o judiciales, si fuere el caso, que permitirán su pronta implementación por parte de la Administración para iniciar el camino de darle vida a una de las soluciones del transporte público más esperada en la ciudad y considerada como inaplazable en beneficio de la movilidad de todos los ciudadanos (as) que transitan diariamente en esta gran urbe.
