El Escuadrón Móvil Anti Disturbios – ESMAD – es una fuerza de contención que ha sido fuertemente criticado por el uso de la fuerza en medio de la protesta social, pero así mismo, es defendido por una parte de grupos sociales y políticos, por ser una fuerza de contención ante los disturbios que ocurren en medio de las manifestaciones.
Pero, una herramienta usada, de manera recurrente por parte del ESMAD son los gases lacrimógenos, siendo la primera arma en accionarse en medio de una manifestación, tal y como lo pudimos ver en medio del Paro Nacional.
Esta arma está compuesta por un agente químico llamado clorobenzilideno malononitrilo, también conocido como CS. Al ser accionada, los síntomas empiezan unos 20 o 30 segundos después de la exposición y se estima que el área de dispersión de una bomba va desde los 60 a los 300 metros cuadrados, dependiendo de cuestiones climatológicas. Una exposición aguda al CS genera una irritación instantánea de los ojos, la nariz, la boca la piel y las vías respiratorias.
Dentro de las investigaciones que ha sido objeto este elemento químico, uno realizado por la facultad de medicina de la Universidad de Valparaíso, en el informe se advierte que no es posible conocer en su totalidad las especificaciones técnicas, por ser éstas declaradas de seguridad nacional, se revela el tipo de sustancias que componen este tipo dispositivos utilizados y da cuenta de hasta qué punto las especificaciones técnicas efectivamente garantizan su carácter no letal.
Además de confirmar que la exposición aguda a los gases lacrimógenos utilizados por la policía uniformada para control de disturbios produce irritación instantánea de ojos, nariz, boca, piel y vías respiratorias, el informe da cuenta del serio riesgo que corren las personas que sufren de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica.
Ante esto, es importante advertir que estos análisis y observaciones médicas deben hacerse viendo que manifestantes y agentes del ESMAD son los que reciben este tipo de químicos en su cuerpo y ellos son expuestos a dosis elevadas, constituyendo, de hecho, un aspecto relevante y descuidado de su propia salud física y mental.
Por eso, no podemos olvidar que el cuidado de la salud y la prevención médica de todos es responsabilidad del estado, por ello el uso de este tipo de sustancias debe ser controlado y como un último recurso, ya que cada vez que se lanza una granada de gas lacrimógeno se está poniendo en riesgo la salud de todos los que puedan entrar en contacto con estas sustancias.