Según el Instituto, “En los últimos cinco años 6.013 mujeres han sido asesinadas. Las están asesinando en la casa entre las 6:00 de la tarde y 8:00 de la noche, especialmente los días domingos”.
Carlos Valdés, director del Instituto Nacional de Medicina Legal calificó de “sociedad enferma” la actual situación, porque la violencia no se soluciona con castraciones químicas o con cadenas perpetuas. En palabras de Valdés:
“Si creemos que esto lo arreglamos con penas perpetuas, cadena de muerte o que el enemigo de todas las mujeres son los testículos, pues estamos haciendo lo que hace un médico cuando receta un acetaminofén cada seis horas.” (Carlos Valdés)
“La violencia contra las mujeres y las niñas es una cuestión global.”[1] Así lo afirmó la Unesco, institución que también asegura que contra ellas persiste una de las amenazas y violaciones más persistentes de derechos humanos. Lamentablemente, Latinoamérica y el Caribe es la región que más casos reporta de feminicidios en el mundo, pues en el 2016 al menos 1.831 mujeres fueron asesinadas, frente a 1.661 en 2015. Un 38 % del total de esos homicidios son cometidos por las parejas de las víctimas según informa el PNUD y ONU Mujeres.[2]
En este escenario, es necesario señalar que el término ‘violencia contra la mujer’ se entiende como todo acto de violencia basado en el género que dé o pueda dar lugar a un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, incluyendo amenaza de dichos actos, coerción o privación arbitrarias de su libertad, ya sea en la vida privada o en la pública.[3] Así mismo, este tipo de violencia no conoce fronteras sociales, económicas, étnicas o nacionales y se ejerce contra mujeres y niñas de todas las edades. La Unesco ha determinado que por lo menos una de cada tres mujeres en el mundo entero ha sido golpeada, forzada sexualmente o abusada emocionalmente en el curso de su vida, más a menudo por su pareja.
Según el Instituto de Medicina Legal, para noviembre de 2018 se habían presentado 103.481 casos de violencia de género, entre las que se destaca la violencia perpetrada por la pareja con 35.894 casos, seguida de la violencia intrafamiliar con 33.372 casos. Una de las cifras más preocupantes es la de violencia sexual, que comparadas con las de 2017, tienen un aumento del 14.1%. Las mujeres entre edades de 12 a 17 años son las más propensas de sufrir algún tipo de violencia sexual. Así lo determinó Medicina Legal, quién afirmó que en 2018 se habían presentado más de 19.000 casos de los cuales 3.039 se presentaron en Bogotá.
La violencia sexual sigue siendo uno de los peores flagelos que tienen que enfrentar las mujeres:
Volviendo a la violencia intrafamiliar, Medicina Legal también reportó en 2018 un aumento del 3.6%, en comparación con el año 2017. Para este año, la cifra ya se eleva a 14.226 reportes en donde las mayores víctimas son mujeres entre los 29 y 59 años. Para este caso, Bogotá sigue siendo la ciudad con mayores registros de violencia intrafamiliar con 3.617 casos.
La violencia de género es un asunto de educación y cultura.
■En la actualidad, la violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo.
■La desigualdad entre los géneros persiste en todo el mundo. Acabar con ella requiere esfuerzos enérgicos para combatir la discriminación profundamente enraizada, que a menudo es consecuencia de actitudes patriarcales y de las normas sociales que estas conllevan, como señaló el Secretario General de la ONU, Antonio Gutiérrez.
■La violencia contra la mujer tiene unas raíces profundas en nuestra manera de pensar, actuar y comunicarnos, razón por la cual a veces hombres y mujeres llegan a justificarla o incluso a promoverla como un medio de control social.
[1] http://www.unesco.org/new/es/unesco/events/prizes-and-celebrations/celebrations/international-days/international-day-for-the-elimination-of-violence-against-women/
[3] Declaración de las Naciones Unidas sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, Asamblea General de las Naciones Unidas, 1993.