Desde el mes de agosto del año 2012 hemos puesto en conocimiento de la administración varias sugerencias que podrían verse como soluciones para la descongestión de este sector. Una de ellas y la más viable de acuerdo al consenso con la comunidad, ha sido la peatonalización de la carrera novena, ya que va paralela a la troncal de la carrera decima facilitando la entrada y salida de peatones, y al ser más angosta que la carrera séptima, brinda mayores bondades para un eventual flujo exclusivo de peatones, aliviando la congestión del centro de la capital. Igualmente el desarrollo de varios proyectos comerciales y habitacionales que se realizan en la carrera 7 encontrarían contradictoria una medida permanente sobre este corredor vial, obstaculizando un proceso urbanístico en el centro de Bogotá.
El proceso licitatorio que adelanta el IDU para la complementación y actualización de los estudios para la primera etapa de la peatonalización comprendida entre las calles 10 y 13 contara con una ciclorruta, un sistema de drenaje y una serie de obras que aparentemente mejorarían la zona que es considerada de atractivo turístico. El proyecto tendrá una inversión de $10.357.819.183 de pesos que espera entregarse en 1 año y el límite para entregar propuestas culmina con una audiencia de cierre el 28 del presente mes, adjudicando el 26 de diciembre de este año, tiempo que estimamos corto para poder entregarle a la ciudad una propuesta concertada, clara y eficaz.
Preocupa el manejo que se le está dando al centro de la capital, por un lado, se quiere convertir en un corredor peatonal y cultural libre de contaminación, lo cual es muy loable, pero por otro, se proyectan edificios y centros comerciales de proporciones gigantescas que requieren vías de acceso y salida como por ejemplo el edificio BD Bacata, que se construye en medio de la peatonalización, proporcionándole un caos vehicular a la ciudad. No es coherente. Al peatonalizar la séptima los desvíos vehiculares congestionaran la candelaria que es un sector universitario, cultural y turístico, además de generar invasión del espacio público, inseguridad, indigencia y vendedores ambulantes sin ningún control, como lo ha denunciado la misma comunidad y sectores comerciales de la zona desde que el Alcalde tomó esa esa decisión el año pasado.
Esperamos que este paso que quiere dar la Administración Distrital no sea otro acto de improvisación y afán de mostrar resultados, que en otros campos no se han visto. Puntualizo el Concejal Julio Cesar Acosta.
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