El hurto de alcantarillas es una cadena mortal que ya ha cobrado victimas mortales principalmente menores de edad en los últimos dos meses, victimas que han pasado a ser una estadística de la actual administración. Lo único que queda claro es la desidia y la inoperancia de una administración que a nivel internacional se muestra como eficiente y víctima de las leyes nacionales; pero no muestra su verdadera cara, la de la improvisación y el descuido en que se somete a los ciudadanos en medio de la inseguridad, el desorden y las miles de obras inconclusas que día a día retrasan la ciudad.
Las empresas de acueducto y alcantarillado, de teléfonos y de energía no hacen las denuncias respectivas a pesar de tener a diario la información de la Policía Nacional por los hurtos que se presentan en la ciudad. Todo esfuerzo termina cuando los delincuentes menores vuelven a la calle, directamente con sus revendedores, y estos negociando las tapas con las siderúrgicas o fundidoras cercanas a la capital y así mismo la Administración vuelve a comprar el material base para las alcantarillas a estas empresas, comprando dos veces el mismo producto sin tener ningún control.
Lo único que se ve por estos días es a los funcionarios distritales de las empresas afectadas por el hurto de alcantarillas lamentándose por accidentes, lesiones o muerte de alguna victima pero a la fecha no existen soluciones eficaces o reales.
Hasta cuándo?, hasta que otro niño o niña muera en una alcantarilla? No más desidia e improvisación en esta Administración.
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