Mensaje de Ati Quigua en el marco de la Cumbre Política e Ideológica de los Pueblos y Organizaciones Indígenas en Simunurwa, Territorio Ancestral del Pueblo Arhuaco

Sea esta la oportunidad para de extender un saludo fraternal y respetuoso a cada una de las autoridades políticas y espirituales de diferentes pueblos y naciones indígenas de Colombia, que han escuchado y atendido el mensaje de convocarnos hoy en el Corazón del Mundo, la Sierra Nevada de Santa Marta; la primera Cumbre Política e Ideológica de los Pueblos y Organizaciones Indígenas en la historia que se realiza en nuestro territorio ancestral.

Hoy nuestro pueblo los recibe con especial aprecio porque  entendemos las dificultades de dejar nuestros territorios de origen y movilizarnos hacia territorios lejanos, pero comprendemos también la importancia de encontrarnos como pueblos y naciones indígenas para poder estar en sintonía con un solo pensamiento, un solo sentir y una sola voz.

Lo cual es urgente en la actual situación de Colombia y de nuestra Abya Yala. Los pueblos nativos y originarios cada vez somos más conscientes de la importancia de nuestros sistemas de conocimientos y de saberes, que nuestros (as) ancestros (as) y mayores (as) han cuidado y preservado, porque gracias a ellos hemos vivido milenariamente en complementariedad, armonía y equilibrio con todo lo conformado desde el amanecer, y actualmente emergen como una alternativa para toda la humanidad que a traviesa por una profunda crisis en sus modelos de vida. Hoy más que nunca se hace necesario Volver al Origen para un Buen Vivir de todos y todas.

En el marco de las discusiones de la Cumbre quisiera unirme con unas reflexiones que he venido realizando en mi ejercicio político, para invitar a un diálogo intercultural sobre la base nuestros saberes y conocimientos que nos son tan necesarios como pueblos.

Treinta años de participación de los Pueblos Indígenas:

Al cumplirse la tercera década de la promulgación de la Constitución Política de Colombia de 1991, se hace necesario que reflexionemos sobre la experiencia en la materialización de los derechos de los pueblos indígenas, en especial el de la participación política, consagrados a lo largo de dieciocho (18) disposiciones que definen a Colombia una nación multiétnica y pluricultural.

El camino recorrido desde la Asamblea Nacional Constituyente hasta la fecha nos deja varias lecciones aprendidas. Una Carta Política que presenta avances en materia de garantía de derechos para los pueblos y comunidades indígenas del país, pero que ha resultado ser, en gran medida, letra muerta ante el rezago histórico de una sociedad que ha desconocido nuestra compleja diversidad cultural, pretendiendo homogeneizarnos e integrarnos a la sociedad mayoritaria.

Los avances logrados dentro de la normatividad actual han garantizado los derechos de los pueblos y comunidades indígenas de manera formal, contando ya con una arquitectura jurídica que esta consignada en un sin número de leyes, decretos y, sobre todo, una profusa jurisprudencia admirada por otros países, que permitiría avizorar una garantía real y efectiva para los derechos de los pueblos, pero que a la hora de implementarse encuentra serios obstáculos institucionales y falta de voluntad política para su cumplimiento.

Sin embargo, las constantes vulneraciones a al ejercicio de nuestra  autonomía, libre autodeterminación, autogobierno y administración de nuestros territorios, son muestra fehaciente de una discriminación estructural y de una concepción de los pueblos indígenas como “menores de edad”, que es una constante en el actuar institucional y ello se refleja en muchas de las capas sociales del país.

La Unidad en la diversidad:

La última intervención de la Corte Constitucional, otrora garante en la progresividad de nuestros derechos como pueblos y comunidades indígenas, sobre la integridad y la unidad política, espiritual, cultual y territorial del Pueblo Arhuaco, así como las permanentes injerencias de las instituciones del Estado en asuntos propios de nuestra institucionalidad, deben prender las alarmas en todos los pueblos y organizaciones indígenas de Colombia, porque estaría representando un retroceso en la constitucionalización de nuestros derechos.

Lo anterior debe llamarnos la atención en la necesidad de continuar aunando esfuerzos en el fortalecimiento nuestras estructuras de gobierno propias y de interlocución con el Estado y la sociedad como movimiento indígena, desde nuestras organizaciones y pueblos, para no retroceder en el ejercicio de nuestro autogobierno, la autonomía y la libre autodeterminación consagrados en el Convenio 169 sobre pueblos indígenas y tribales de 1989 de la Organización Internacional del Trabajo OIT, aprobado por el Congreso de la República mediante Ley 21 de 1991, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas de 2007 y la Declaración Americana sobre los derechos de los pueblos indígenas de 2016.

Para este fin también se hace urgente definir instancias y mecanismos para ejercer la democracia comunitaria, orientada desde nuestros respectivos principios y fundamentos, como son la Ley de Origen, el Derecho Mayor y el Derecho Propio, que nos permitan diálogos más fluidos entre nosotros, espacios para tramitar nuestras diferencias y para alcanzar acuerdos que nos unan desde la diferencia y nos hermanen en una sola lucha.

En este sentido considero un avance en cuanto a la definición de principio del Buen Gobierno Indígena la Ley de Gobierno Propio “Pacto para Volver al Origen” de la Organización Nacional Indígena de Colombia – ONIC, y creo que sobre esta base debemos seguir caminando al interior de nuestras estructuras político-organizativas y político-electorales.

La protección de los territorios ancestrales

El territorio ancestral o sistema de sitios sagrados demarcado por la Línea Negra o Seykutunumaku (Iku) es el único territorio ancestral reconocido en Colombia por la Resolución 05 de 1973, la Resolución 837 de 1995 y recientemente el Decreto 1500 de 2018, además de ser declara Reserva de biosfera de la UNESCO, lo cual representa un avance en la definición de las territorialidades propias de los pueblos indígenas.

En este sentido nos unimos los territorios de la Sierra Nevada de Santa Marta y del Amazonas en una propuesta de ejercicio político que fue , como la visión de los pueblos indígenas desde el Yetara Uai o el Kunsamu (Ley de Origen), como una aspiración restaurar la relación fundante de nuestra identidad con la Madre Tierra y reivindicar el orden sagrado, natural, colectivo, ancestral, cultural de nuestros territorios y los derechos de la naturaleza.

El colonialismo que desembarcó hace más de 500 años en nuestros territorios  es un fenómeno de larga duración que hoy se manifiesta a través del extractivismo de los elementos naturales, identitarios y culturales que salvaguardamos dentro de nuestros territorios.

En este sentido es necesario avanzar en la definición y el reconocimiento de nuestras propias visiones de territorio, como es el caso del territorio sagrado o ancestral. Los resguardos, que hoy son bastión de defensa de nuestros territorios, no pueden ser nuestra única apuesta ya que reducen la tierra a una visión del espacio físico y a un simple concepto de propiedad, que deviene desde una visión ajena a la nuestra como pueblos nativos y originarios que dista mucho de la relación profunda e integral que tenemos con nuestros territorios.

El territorio ancestral es un sistema vivo donde se produce y reproduce la vida, entregado a nosotros desde el Origen para ser cuidado y donde pertenecemos y reconocemos nuestro ser indígena. Hoy el llamado es a mirar nuestros territorios, no para competir o generar conflictos entre nuestros pueblos hermanos, sino para cuidarlo y defenderlo ante los diferentes intereses desarrollistas que recae sobre ellos, a través de los megaproyectos, el extractivismo minero-energético, el etno-ecoturismo, la agroindustria y la mercantilización del agua, pues de la pervivencia de nosotros como pueblos indígenas y de la preservación de nuestros territorios, dependerá el presente y el futuro de la humanidad.

De nuestros propios territorios ancestrales surgen nuestros deberes con la Madre Tierra y nuestros derechos en este plano de vida. El orden del territorio está íntimamente vinculado con el orden en la gobernabilidad nuestros pueblos y comunidades. En este sentido, a la luz de los mandatos de los artículos 246, 286 y 287 de la Constitución Política, con sus respectivos desarrollos jurisprudenciales y legales, deben constituirse las Entidades Territoriales Indígenas que son un avance significativo en materia de gobernabilidad de nuestros propios territorios, lo cual es fundamental si partimos del reconocimiento de que los pueblos y naciones ancestrales ocupamos sólo una cuarta parte del territorio mundial, pero somos guardianes del 80% de la biodiversidad del planeta y reconocida por  Convenio Sobre la Diversidad Biológica de 1992, aprobada por el Congreso de la República mediante Ley 165 de 1994.

Indígenas en Contexto de Ciudad:

Al respecto es necesario recordar que siendo Concejala de Bogotá y de la mano de la población indígena de Bogotá, y con una amplia participación a partir de los Encuentros de pueblos indígenas en el Distrito, construimos y fui autora del Acuerdo Distrital 359 de 2009, por medio del cual se establecieron los lineamientos de política pública para los indígenas en Bogotá, D.C., adoptados luego a través del Decreto 543 de 2011, hoy objeto de reformulación en su primer periodo decenal por parte de la Administración Distrital en Bogotá.

Así mismo, en mi actual periodo como Concejala de Bogotá promoví y fui autora del Artículo 66 sobre el Enfoque Diferencial Étnico del Acuerdo 761 de 2020 "Plan Distrital de Desarrollo 2020-2024 “Un Nuevo Contrato Social y Ambiental para la Bogotá del siglo XXI”, el cual además fue respaldado por la Organización Nacional Indígena de Colombia – ONIC. Lo mismo que el  Artículo 54 sobre las Garantías para el Enfoque Étnico del Decreto 328 de 2020 por el cual se aprueba el Presupuesto Anual de Rentas e Ingresos y de Gastos e Inversiones de Bogotá del año 2021, que  incluyó la herramienta del Trazador Presupuestal para grupos Étnicos para garantizar el seguimiento al cumplimientos de los acuerdos alcanzados entre la Adminsitración Distrital y los pueblos, comunidades y poblaciones étnicamente diferenciados de Bogotá.

Por medio del Artículo 66 se logró elevar el nivel de interlocución de los pueblos, comunidades y poblaciones étnicamente diferenciados de Bogotá con la Administración Distrital y se incluyó el enfoque de Mujer, Género, Familia y Generación. Como resultado de la ruta de concertación y construcción conjunta se alcanzaron 783 acuerdos relacionados con la inclusión en programas, planes y proyectos específicos; metas, indicadores, tiempos, responsables y asignación presupuestal de la población étnicamente diferenciada de Bogotá y se logró incluir el Artículo 66 sobre el Enfoque étnico en los Planes de Desarrollo Local de 11 localidades de Bogotá.

Hoy en el marco de la Cumbre también hago una invitación respetuosa a la Mesa Permanente de Concertación con los Pueblos y Organizaciones Indígenas – MPC, a incluir y priorizar en su agenda la discusión sobre el Protocolo de pueblos y comunidades indígenas en contexto de ciudad, el cual resulta importante en la coyuntura actual de reformulación de la Política Pública Indígena de Bogotá.

Proyección político-electoral:

Como organizaciones y pueblos indígenas de Colombia, debemos unirnos en la construcción conjunta de una agenda, desde nuestras propias visiones. Es así que he venido trabajando, por medio de un diálogo intercultural y de saberes, con diferentes referentes y líderes (as) comunitarios (as), sociales, indígenas, campesinos, negros, afrocolombianos, raizales y palanqueros, académicos, una Agenda Nacional por el Buen Vivir, que les comprado adjunto a este documento, para, ante la preocupación común de hacer un tránsito hacia otros modelos alternativos de civilización, especialmente en el momento histórico ante el cual estamos como país, en el que la renovación de la política debe ir de la mano con la definición de un horizonte común por un futuro más vital, justo, sustentable y en paz.

Es importante que como organizaciones y pueblos indígenas podamos incidir con una agenda o programa de país propio, en un contexto en el que los pueblos indígenas continuamos luchando porque nuestras causas y propuestas sean prioritarias y determinantes en un programa de gobierno, así como poder contar con garantías verdaderas para la Paz cuando hemos sido reconocidos como sujetos individuales y colectivos de derechos y de especial protección constitucional, ante el riesgo de exterminio físico y cultural en el que nos encontramos la mayoría de nuestros pueblos.

En este sentido, como mujeres indígenas, que ejercemos el gobierno desde la familia, hemos propuesto ir del fogón a las políticas públicas, y esto implica reconocer las formas de violencia, de discriminación y de desigualdades históricas y estructurales que afrontamos las mujeres para poder participar, incidir y representar en los espacios políticos. Por eso como Ati Mamas o Zakus hemos entendido que el llamado de la Madre Tierra es a un nuevo tiempo femenino.

Por eso hoy las mujeres, desde nuestras comunidades y pueblos, hemos asumido que seremos protagonistas en las decisiones trascendentales para el  país, y estamos invitando a unirnos en la definición de una agenda común en el que el enfoque de Mujer, Género, Familia y Generación sea central, pero también a movilizarnos masivamente en nuestros territorios y manifestarnos a través de la democracia participativa, en virtud de la cual podemos ejercer el derecho al voto. Tenemos claro que hoy nuestra decisión es por el Cambio Por la Vida para el Buen Vivir de nuestros pueblos y comunidades indígenas.

Foto relacionada con el comunicado de la honorable concejala Ati Quigua

 

Enlaces relacionados:

“Reflexiones desde el Consejo de Fundadores del Movimiento Alternativo Indígena y Social – MAIS”, en: https://www.youtube.com/watch?v=-bvhzxZ24iw

“Valoración de la participación política de los pueblos indígenas en los 30 años de la Constitución de 1991”, en:  https://fb.watch/b2AO_-EqZh/

“Un sueño constituyente. En la tercera década del Mayor Consenso Social republicano en la historia de Colombia: avances y desafíos en la implementación de la Constitución pluriétnica y multicultural”, en: /un-sueno-constituyente/cbogota/2021-06-01/100926.php

“Una tutela para salvaguardar la democracia participativa y el pluralismo político en el MAIS, en: https://www.las2orillas.co/una-tutela-para-la-salvaguarda-de-la-democracia-participativa-y-el-pluralismo-politico-en-el-mais/

“El riesgo de la asimilación de los pueblos indígenas en la participación política”, en: https://www.las2orillas.co/el-riesgo-de-la-asimilacion-de-los-pueblos-indigenas-en-la-participacion-politica/

“Propuestas programáticas para una Agenda Nacional del Buen Vivir”, en: https://drive.google.com/file/d/1rFGUfSk5CdWiPjHN2Fn6sF2XKFap0yQ2/view?usp=sharing

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