La semana pasada escribí precisamente, resaltando la jornada del Día sin carro y sin moto, en la que sí se mejoró la movilidad en la ciudad, pero me preocupan los resultados de las mediciones de la calidad del aire que no correspondieron a las metas trazadas por el Distrito, estas eran: 57% de reducción de CO2, 63% menos emisiones de PM2.5 (material particulado) y 50% de reducción de black carbono. En la práctica, aunque el CO2 tuvo una reducción del 51% -el que más se acercó a las metas-, el black carbón tan sólo se redujo un 25% y el material particulado un 38%.
Y es que definitivamente, hay muchos factores externos que están afectando la calidad del aire de nuestra ciudad; y aún en un día sin carro, como el realizado la semana pasada, no se obtuvieron los resultados previstos. Aunque salieron de circulación los carros y las motos esperadas, los diversos factores ambientales (puntos calientes, ondas tropicales, material particulado de incendios en países vecinos) y la contaminación ocasionada por fuentes fijas y móviles, continúan sin parar. La operación de las grandes industrias, las obras que proliferan por toda la ciudad, el transporte de carga, son varios de los causantes de esta contaminación permanente.
Recientemente, la Secretaría Distrital de Ambiente, publicó en agosto, el Inventario de Emisiones Contaminantes Atmosféricos en Bogotá 2020, y según este informe en comparación con el año 2018, en el 2020 hubo una reducción del 26% en las emisiones de material particulado PM 2.5 pasando de 1.846 a 1.798 toneladas, debida en parte a la renovación de la flota del sistema integrado de transporte público y por supuesto, al cambio de tecnología de los buses, a la reducción de los vehículos del SITP Provisional y a la pandemia.
Una de las conclusiones importantes del inventario, es que de las fuentes de contaminación, el 67% es material resuspendible que permanece en el aire, generado por la suspensión del polvo de las vías no pavimentadas y pavimentadas o del desgaste de los frenos y llantas de los vehículos; el 0,8% es de incendios forestales; el 23% de fuentes móviles en carretera- vías (emisiones de camiones, automóviles, motos); el 6% de fuentes móviles fuera de carretera (maquinaria amarilla e industrial como retroexcavadoras); el 2% de fuentes fijas industriales (empresas que operan con hornos y calderas) y el 1% de fuentes fijas comerciales. Hay que hacer énfasis en que este material resuspendible -67%- es la principal fuente de material particulado de 2.5 micras que es el que mayor afectación produce a la salud de los habitantes de la ciudad.
En las cifras presentadas en este inventario las fuentes móviles en carretera que producen mayor contaminación de PM 2.5 son: el 42% el transporte de carga, el 21% los camperos y camionetas, el 15% los automóviles, el 8% el SITP (componente troncal, zonal y provisional), y el 13% las motocicletas, los vehículos en aeropuerto, maquinaria industrial y agrícola, entre otros. Respecto a las fuentes fijas industriales, los hornos ladrilleros y calderas, en general, las fuentes con combustibles a carbón emiten el 56% de las emisiones y los procesos que utilizan gas natural representan el 40%.
Aunque uno de los principales objetivos del Distrito es mejorar la calidad del aire que respiramos, en muchos casos, las fuentes contaminantes parecen ser más fuertes que las acciones que se están implementando. Contamos con una Red de Monitoreo de Calidad del Aire, una Red Colaborativa de Microsensores y un Plan de Acción Climática, pero se deben tomar medidas más estrictas para garantizar el verdadero compromiso de todos los que somos responsables del aire de Bogotá.
Es urgente aumentar la utilización de medios de transporte alternativos, el uso de la bicicleta y de las ciclorrutas, el uso de menos combustibles fósiles- en la industria y en los hornos ladrilleros y calderas para bajar las emisiones, la mayor siembra de árboles y aumento de la cobertura vegetal, la sustitución completa de buses diésel por eléctricos, la sustitución de la flota de carga por vehículos no contaminantes -reemplazar el uso del ACPM-, el mejoramiento de la malla vial, el cumplimiento de los cronogramas y planes ambientales en las obras, entre otras prácticas.
Necesitamos hacer mucho en beneficio del aire que respiramos, lo que a su vez nos permitirá evitar enfermedades respiratorias, cardiacas, neurológicas, entre otras, que se pueden derivar de afectar nuestro cuerpo con contaminantes tan nocivos como el material particulado PM 2.5. Traduzcamos en acciones salvadoras nuestros buenos deseos de respirar un aire puro, porque literalmente, algún día podríamos asfixiarnos.
Bogotá, 30 septiembre de 2022
Fuentes: Secretaría Distrital de Movilidad. Secretaría Distrital de Ambiente. Inventario de Emisiones Contaminantes Atmosféricos 2020. Publicado en agosto de 2022.
