Las bandas criminales y la trata de personas en Bogotá: un flagelo que amenaza a las mujeres, los niños, las niñas y los adolescentes

La inseguridad, la delincuencia y las bandas criminales son problemas que inciden de forma brutal sobre la calidad de vida de los bogotanos, y en el posicionamiento de la ciudad como un espacio en donde se pueden cumplir tanto los proyectos de vida como los sueños de las personas. Estos sueños son vulnerados a diario por robos, lesiones personales, homicidios, secuestros, trata de personas, extorsiones, violencia sexual, riñas y otros actos delictivos que ocurren en Bogotá y el área metropolitana.

Abordando puntualmente el delito de la trata de personas en Bogotá, este flagelo afecta a las poblaciones más vulnerables de nuestra ciudad: personas de bajos recursos, las mujeres, los niños, las niñas y los adolescentes.

Bandas criminales en Bogotá

Por supuesto que se valora el esfuerzo que realiza la policía, al punto de literalmente sacrificar a sus servidores en el cumplimiento del deber, ellos son los verdaderos héroes –como en el caso específico del patrullero Loaiza, asesinado de forma cobarde por una banda de fleteros en la localidad de Ciudad Bolívar-, pero para enfrentar esta problemática se requiere, -y en este punto se aplaude la estrategia interinstitucional de la administración-, de la colaboración coordinada de todos los sectores. No se puede dejar sola a la policía ante semejante reto.

Más allá de las estadísticas que demuestran la gravedad de la problemática en Bogotá, quisiera poner la lupa sobre el entramado que estas bandas criminales extendieron sobre la capital, y la incidencia que tales redes tienen sobre la seguridad de nuestras mujeres, niños, niñas y adolescentes. La capital está hasta el tope de todo tipo de bandas criminales, no hay siquiera una localidad que se salve de tal flagelo.

Según datos de la Defensoría del Pueblo y de la Fundación Paz y Reconciliación –PARES-, las bandas criminales en la capital del país operan de acuerdo a corredores de tipo geográfico, así:

  1. Nodo nororiental: Localidades de Usaquén y Chapinero, y la expansión hacia la localidad de Suba en Bogotá, y hacia Chía, Sopó, La Calera y Cajicá.   
  2. Nodo occidental: Localidades de Fontibón, Engativá y Suba, y la expansión a los municipios de Funza, Mosquera y Cota.
  3. Nodo suroccidental: Localidades de Bosa, Ciudad Bolívar y Kennedy, que tiene como núcleo base la central de alimentos de Corabastos y sus barrios aledaños. Tal nodo tiene conexión también con las localidades de Santafe, San Cristóbal y Usme, y con los municipios de Soacha y Sibaté.

La tipología de tales bandas criminales abraca en la ciudad: grupos armados organizados (GAO), grupos armados organizados residuales (GAOR), grupos delictivos organizados (GDO) y grupos de delincuencia común organizada (GDCO).

Entre los principales grupos se encuentran las disidencias de las FARC, el ELN y el clan del golfo. También hacen presencia el tren de Aragua, los satanás, los paisas, los pereiranos, los lucky, los maras, los camilos, los bury, los zetas, los boyacos y los maracuchos, sin contar a los grupos de delincuencia común organizada.

Las actividades primordiales de carácter delictivo de estas bandas van desde el tráfico de drogas, la extorsión, asesinatos, hurtos de todo tipo, secuestros, explotación sexual, trata de personas, entre otros.

Trata de personas

La trata de personas es el tercer delito más lucrativo del mundo, después del narcotráfico y las armas, con el agravante de que es el ser humano el objeto de cambio, compra y/o venta. Su naturaleza es aberrante porque mercantiliza a las personas, privándolas de su dignidad por lo que su práctica se constituye en una violación de los derechos humanos. Entre las modalidades más conocidas de trata de personas se encuentran la explotación sexual, el trabajo forzoso, la servidumbre doméstica, la mendicidad infantil, el matrimonio servil, la esclavitud y la extracción de órganos.

En Colombia, las estadísticas entregadas por parte del Observatorio del Delito de la Trata de Personas, organismo adscrito al Ministerio del Interior, revelan que en el período 2020-2023 las denuncias asociadas al flagelo de la trata de personas se incrementaron en un 154%, contabilizando 264 casos, con el agravante de que es un delito que tiene un nivel muy alto de subregistros, que realmente son muy difíciles de cuantificar debido al desconocimiento colectivo que existe frente al fenómeno; de hecho la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito –UNODC- refiere que en general “…por cada víctima de la trata de personas identificada, existen 20 más sin identificar…”.

Los casos en el país se atribuyeron en un 68% a la explotación sexual, pero también casos de matrimonio servil, mendicidad infantil y servidumbre doméstica. Así mismo, para el año pasado se registraron por primera vez dos (2) víctimas menores de 11 años. Las regiones que más denuncias presentaron fueron Norte de Santander, Antioquia y Bogotá.

En Bogotá, el panorama es preocupante: a fecha 10 de abril de 2024, la Secretaría de Gobierno ya había reportado 15 casos. El caso de la capital es crítico por cuanto la problemática se agudiza en contextos vulnerables y que identifican variables de estudio como la pobreza, las crisis sociales producidas por el desplazamiento forzado y las migraciones por supervivencia.

Es exactamente por este tipo de variables –que involucran el concepto de traslado- donde cobra importancia la necesidad de optar por una visual de región metropolitana, entendiendo que existe una dinámica que implica que las personas en primera instancia arriban a Bogotá, -transitando por Cundinamarca-, en busca de presuntas oportunidades de tipo laboral, que no son más que fachadas usadas por las organizaciones criminales para “atrapar” a las personas y explotarlas bien sea en la ciudad, o en otros países.

Las bandas criminales en Bogotá, sea cual sea su tipología, se articulan y obtienen beneficio de esta accionar aberrante, en cualquier etapa (captación, traslado, recepción, acogida u objetivo final de la explotación). Esta economía de carácter ilícito representa muchísimo dinero para estas bandas criminales. Tales bandas montaron redes complejas donde, además de la trata de personas, se ensamblan otros tipos de actividades delictivas, tales como el narcotráfico, el tráfico de migrantes y la minería ilegal.

Grupos poblacionales vulnerables

La trata de personas encuentra su impulso vital en áreas donde se consolida una especie de gobernanza criminal, que aprovecha la marginalidad de tales poblaciones, las falencias en los servicios y las limitadas capacidades institucionales y sociales, para ejercer un dominio sobre las personas. Esta especie de tierra de nadie, en donde se identifica una población estigmatizada, una pobreza en múltiples niveles y una lejanía del concepto de sociedad, convierte a estas poblaciones en sujetos susceptibles de sufrir conductas que vulneran su dignidad como personas, el delito atroz de la trata de personas.

Gracias a la iniciativa por parte de la Defensoría del Pueblo mediante sus alertas tempranas, se identificó el peligro en que se encuentran los siguientes grupos poblacionales:

  1. Grupos sociales vulnerables: Mujeres, niñas, niños, adolescentes y jóvenes; personas extranjeras en situación de movilidad humana; personas en riesgo de o en situación de calle; personas con orientación sexual e identidad de género diversa.
  1. Condición social y/o actividad: Población socialmente estigmatizada, a saber: a. recicladores, carreteros, cachivacheros, ropavejeros y coroteros; b. personas dedicadas a actividades sexuales en contextos de prostitución; c. migrantes venezolanos; d. consumidores de sustancias psicoactivas; e. comerciantes; entre otros.

Observaciones y recomendaciones

  1. En primera instancia, es importante reconocer que el delito de la trata de personas se nutre del desconocimiento que muchas poblaciones tienen del mismo. En la gran mayoría de los casos, esta desinformación proviene de una situación precaria base, es decir, la persona ya se consideraba en condiciones de vulnerabilidad, desde antes de ser víctima de la explotación como tal. Por tal motivo, es vital que se desarrollen estrategias de prevención contra la trata de personas.
  1. En algunos países de Latinoamérica se han formalizado campañas dirigidas a la generación de una conciencia en la ciudadanía en torno a la trata de personas. Al respecto, la organización Women’s link Worldwide resalta que las campañas de concientización son una parte importante de cualquier estrategia para combatir tal problemática. Por ejemplo, la transmisión de programas radiales en donde se explica con detalle acerca de los métodos usados por los delincuentes –como el ofrecimiento de falsas promesas de trabajos bien remunerados en el extranjero- han tenido un éxito real en muchas poblaciones vulnerables.
  1. Estas campañas no pueden de ninguna manera darle la espalda a la modernidad, por eso, a sabiendas de que los canales digitales son cada vez más usados para la captación y explotación de delitos de trata de personas, las estrategias de prevención contienen sensibilizaciones y capacitaciones en seguridad digital y redes sociales, es decir, se usa la misma herramienta que los delincuentes para combatirlos. En esa misma línea, se están usando juegos o aplicaciones como medio para sensibilizar a niños, niñas y adolescentes en la citada prevención.
  1. Finalmente, tal estrategia debe ser muy precisa al abordar a las diferentes poblaciones y sus desafíos: las niñas y las mujeres enfrente de narrativas asociadas a las violencias basadas en género, los prejuicios, los estereotipos y la desigualdad económica; los hombres y los niños –el trabajo forzoso y la explotación laboral-; y el riesgo implícito en poblaciones diversas como los indígenas, la comunidad LGBTQ+ y las personas en condición de discapacidad.

Enfrentar la inseguridad y la trata de personas en Bogotá requiere un esfuerzo coordinado y sostenido de todas las instituciones y sectores de la sociedad. Debemos trabajar juntos para proteger los sueños y la dignidad de nuestras comunidades más vulnerables.

Fuentes consultadas:

https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/seguridad-y-defensa/encuesta-de-victimizacion

https://scj.gov.co/es/oficina-oaiee/bi/seguridad_convivencia/siedco

https://www.defensoria.gov.co/documents/20123/2723475/AT+-+004-24+PAT_Bogota_2202.pdf/58c0d14a-c359-6657-cc5c-2414e3df5f4d?t=1709059228423

https://www.unodc.org/documents/colombia/Documentostecnicos/Estadisticas_trata_personas.pdf

https://www.pares.com.co/post/inventario-de-organizaciones-delincuenciales-en-aglomeraciones-urbanas-en-2023

https://womenslinkworldwide.org/en/

https://www.infobae.com/colombia/2024/07/09/asi-fue-el-fleteo-que-le-costo-la-vida-al-patrullero-heiner-loaiza-en-bogota-revelaron-videos-del-asalto-y-de-la-persecucion/

https://www.mininterior.gov.co/grupo-de-lucha-contra-la-trata-de-personas/observatorio-del-delito-de-la-trata-de-personas/

 

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