Concejal Diego García expuso en el Concejo de Bogotá las razones por las cuales la sentencia emanada por el Consejo de Estado, NO busca salvar el rio Bogotá; en cambio, se dirige especialmente al beneficio del negocio de la energía generada por este cuerpo de agua a favor de los intereses de la multinacional EMGESA Y ENDESA.

Luego de 20 años, el fallo proferido, ordena 76 acciones que deben cumplir las entidades de orden nacional y regional, los industriales, comerciantes y ciudadanía en general. La salvación del rio no fue la prioridad, por esta razón, la administración distrital, entes de control y organizaciones del comité de verificación, allegaron sendos memoriales a los magistrados para advertir la inconveniencia técnica, jurídica y financiera, de construir la planta de tratamiento de aguas residuales - PTAR Canoas. Esto debido al bombeo de aguas que alcanzan una profundidad de 69 metros y que no resuelve los impactos negativos de la contaminación del Rio.

La evidencia esta consignada en el numeral 4.50 de la sentencia: "ORDÉNASE al Gobierno Nacional – Ministerio de Minas y Energía en coordinación con los Ministerios de Vivienda, Ciudad y Territorio – Viceministerio de Agua y Saneamiento Básico – y Ambiente y Desarrollo Sostenible financiar la operación y mantenimiento de la estación elevadora de Canoas en el evento en que no se prorrogue la concesión de agua antes referida, o por cualquier otra circunstancia que la altere, modifique o termine."

Esto significa que la operación energética será financiada con recursos públicos o en su defecto con el incremento de las tarifas, puesto que, se condena al Distrito a construir la PTAR Canoas y la planta elevadora, cuyo valor estimado es de 1.9 billones de pesos que corresponden al 34.4% del presupuesto total de saneamiento propuesto en la Sentencia. Consecuencias resultantes, posiblemente, de querer saciar los apetitos privados y multinacionales en el jugoso negocio de la generación de energía.

Adenda - Se abre paso la constitución de la RAPE - Región Administrativa de Planeación Estratégica, en la que según lo informado por el Gobernador de Cundinamarca, uno de los polos de desarrollo será Girardot. Este territorio dependerá de la capacidad que se tenga para tratar las aguas del Río Bogotá, pero al parecer Canoas tampoco piensa en ello. En el marco regional, Chocontá, debe jugar un papel importante, ya que se abre la oportunidad para que las curtiembres se organicen y adelanten acciones para la ecoeficiencia y la eliminación de los efluentes altamente contaminantes.

La ambiciosa apuesta del plan de desarrollo Bogotá Humana, de ordenarse en torno al agua y adaptarse al cambio climático, coincidente con los acuerdos internacionales que ha firmado el país, y que hoy lidera el Ministerio de Ambiente, están quedando en el tintero por falta de una gestión efectiva y articulada desde la institucionalidad.

Mientras que el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en convenio con ASOCARS, avanza en la definición de criterios de diagnóstico de riesgo de desastres en áreas urbanas, particularmente en la gestión del riesgo, donde prima la prevención y la protección de los ecosistemas sensibles, Bogotá, desarticulada interinstitucionalmente, está dejándolos al garete y priorizando proyectos de vivienda de interés social, en áreas que afectan el patrimonio natural de los Bogotanos, y aumentando los problemas de segregación social.

El plan parcial de Usme, tan cuestionado por la afectación del patrimonio arqueológico de la ciudad, ha obtenido viabilidad del Distrito, pese a los múltiples compromisos con la población rural e indígena y a los problemas de afectación al sistema hídrico del sector, de movilidad y ausencia de equipamientos.

Hoy, la prensa revela, las intenciones de algunos constructores en desarrollar otro proyecto de vivienda en zonas altamente sensibles y de inmensa importancia ecológica, que como es el ecosistema de Cerro seco, denominado subxerofítico, que tal como lo afirma el Concejal Diego García, ha sido uno de los más lacerados con el olvido y la ausencia de instrumentos que le protejan, debido a que su característica se aparta del paisaje tradicional, pues corresponde a un enclave que presenta condiciones semidesérticas, propias de una zona con baja pluviosidad, que es de alta importancia para la recarga de acuíferos y para la conectividad ecológica con la Guajira.

El Concejal García, quien porta el estandarte de la defensa de los ecosistemas y de la protección de la población para que la vivienda sea digna y segura, espera que se mantenga en firme la resolución 1197 del 2 de agosto del 2013 y la decisión de la administración de proteger el área denominada Cerro Seco expuesta en la Modificación Excepcional del Plan de Ordenamiento y cuanto antes se presente el proyecto de acuerdo que busque su categorización como área protegida, que permita tomar acciones tangibles para su protección en contra de la urbanización, sea esta legal o ilegal.

El pasado miércoles 14 de Mayo, se llevó a cabo visita de reconocimiento por parte de los Concejales ponentes al proyecto de acuerdo N° 104, de autoría del Concejal Diego García Bejarano, en compañía del Secretario de Ambiente, y representantes de la comunidad, a los humedales Ubaguaya y La Isla, constatando la existencia del ecosistema y la inminente necesidad de declararlo como área protegida.

Según las cifras reveladas por la Secretaria Distrital de Ambiente - SDA, el humedal UBAGUAYA, ubicado en la cuenca media del Río Tunjuelo, entre las localidades de Ciudad Bolívar y Tunjuelito, una de las que presenta mayor déficit en cobertura vegetal con alrededor de 0.1 árboles por habitante, constituye un verdadero pulmón a proteger.

Según la SDA, posee un área de 184.9 Hectáreas y cuenta con una longitud de ronda de 12.4 Km, corresponde a un ecosistema de rivera, que requiere de amparo, pues los usos permitidos para la ronda de los ríos, dejan en estado de vulnerabilidad el ecosistema, por la potencial construcción de obras civiles.

Parte del humedal ya ha sido afectado por la construcción de jarillones en el río, aislando los espejos de agua, lo que ha limitado el intercambio de aguas propio de su dinámica hidráulica, esto degenera la condición del humedal, por la concentración de sales y materia orgánica que se ve reflejado en su paulatina extinción.

Según los análisis realizados por la Secretaria de Ambiente y la Empresa de Acueducto, UBAGUAYA está compuesto por un circuito de humedales, con 6 espejos de agua, uno de ellos el denominado "Libélula", en los que existen 12 especies de vegetación propias, 46 especies de flora y fauna y según las observaciones y registros de avifauna realizados por Daniel Bernal, asociado Humedales Bogotá, la avifauna va en crecimiento en la medida que se pueda recuperar el ecosistema. Se ha observado la Monjita bogotana, el Gavilán maromero, la tingua pico rojo, la garza real, la garza ganadera, copetones, mirlas, palomas torcazas, cernícalo americano, carbonerito, chamón, chirlobirlo, sirirí, alcaravan, cucarachero común, bichofue, andarríos solitario y el colibrí orejivioleta, esta diversidad de especies muestra la importancia del complejo de humedales como un refugio para la protección y conservación de la fauna silvestre.

Bajo estas características, el UBAGUAYA, se puede considerar como el segundo humedal de mayor extensión, superado por el Juan Amarillo. Debido a que aún no ha sido reconocido como un parque humedal, la administración distrital, no ha realizado estudios detallados de flora y fauna el humedal, ni acciones para su protección. Debido a la historia de ocupación del Tunjuelo y Ciudad Bolívar, la zona tiene presión de construcciones informales, arrojo de escombros, perros salvajes denominados "ferales" que agobian a las aves y demás animales que habitan el humedal.

El cabildante Diego García, espera que el Concejo de Bogotá, sea coherente con el mandato constitucional de proteger el patrimonio ecológico y permita que la Administración Distrital, pueda aportar recursos económicos, técnicos y humanos, para la restauración del ecosistema y su mantenimiento, declarándolo como Parque Distrital de Humedal para la ciudad.

Por: Diego García, Concejal de Bogotá

Lo que menos posee el alcalde Petro es incoherencia política. Sus razonamientos, para muchos gustos abstractos, son expresión de la firmeza en el carácter y posición ante la vida. Quienes le son cercanos saben que escasas veces se contradice con el pasar del tiempo y además se impone la idea de un mejor país, antes de venderse al mejor postor. Por estas razones, aún queda la profunda duda, si los humillantes movimientos de algunos Petristas hacia la campaña reeleccionista del versado en falacias, Juan Manuel, tengan el consentimiento de quien hoy por hoy es uno de los mayores dirigentes del pensamiento progresista para el mundo.

Recuerdo sobre la base de los argumentos que esgrimía el Alcalde Mayor en reunión con su autodenominada bancada de gobierno, que muchos de sus seguidores no han comprendido el propósito de la Bogotá Humana, y bien señalaba que algunos de sus escuderos de gobierno no entendieron la tarea cuando priorizaron agendas y acuerdos políticos de ciudad, desconociendo por completo que la razón de ser, el mismísimo tuétano del gobierno progresista, es la modificación al plan de ordenamiento territorial. Y en otros de sus comentarios afirmaba que Peñalosa es más progresista que muchos de los Petristas.

Sus líderes mostraron miopía, llevaron como gran triunfo un cupo de endeudamiento y postergaron en un acto insensato las apuestas por la equidad territorial, la sustentabilidad de la ciudad y la productividad social. Ahora que los "cándidos" Petristas se perdieron del camino y siguen al caudillo, habrá que esperar si este los lanzó al precipicio o son su brigada de centauros indomables para mantenerse en el mandato.

Se supone que el Progresismo representa la transformación de la forma de hacer política, sustentada en las ideas y en una gestión política seria y cuidadosa con los recursos públicos. Pero, al parecer, el sector más Petrista del Progresismo cambió su rumbo. ¿Y todo a cambio de qué? Hoy en twitter algunos sectores Petristas respaldan radicalmente esta posición a cambio, seguramente, de un apoyo de Santos a la permanencia de Petro. Amanecerá y veremos.

Pero al final, como de costumbre, la gran damnificada es Bogotá, nuevamente plegada a las maquinarias políticas y a los proyectos políticos personalistas. Es un retorno de la U pero con cara de Unidad, lo que implica la repartición de mermelada entre actores más variados que en las épocas Samuelistas.

No cabe duda que la paz es clave. Pero los políticos tenemos la responsabilidad de hacer una política seria. Además, con estas decisiones, se rompe una opción de tercería política en el país. Por eso, puedo afirmar que ni el Petrismo podrá declararse Progresista, ni una opción de centro será posible en la ciudad.

Por eso, como Concejal de Bogotá, salvo mi voto, me quedo con la Paz propuesta por la Alianza Verde y solicito al Partido que expulse de la Dirección Nacional a todos aquellos que deciden apoyar la campaña Santista.

Desde el año 2009 en diversos municipios de Cundinamarca, por iniciativa ciudadana de colectivos y organizaciones protectores del ambiente, se ha celebrado con diversas actividades el día del Río Bogotá, mediante marchas, foros, seminarios, festivales buscando sensibilizar a la población en su responsabilidad por el cuidado y protección del río.

La iniciativa ciudadana de Celebrar el 12 de mayo, ha logrado ser formalmente adoptada en el Departamento de Cundinamarca, a través de la Ordenanza 166 de 2013, el Acuerdo CAR 9 de 2014 y algunos Acuerdos municipales, como Sopó Acuerdo 06 de 2013, Girardot Acuerdo 08 de 2013, Mosquera Acuerdo 4 de 2013, Ricaurte Acuerdo 07 de 2013, Chía Acuerdo 17 de 2013, Sesquilé Acuerdo 7 de 2013, entre otros y algunos que se encuentran en trámite de aprobación en los respectivos concejos, sin embargo Bogotá, siendo la ciudad de mayor importancia en la región, aún no ha formalizado su compromiso con la conmemoración del día, cuando hace parte integral de la cuenca y se constituye como el mayor contaminante, con alrededor del 87% de la población.

Por lo anterior, el Concejal Diego García de la Alianza Verde, invita a los miembros de la corporación, a hacer parte como coautores del Proyecto de acuerdo N° 133 de 2014, radicado el 12 de mayo, mediante el cual se institucionaliza el día del río, buscando respaldar la iniciativa ciudadana, y su inclusión en el Calendario Ambiental oficial del Distrito. La iniciativa busca promover que los establecimientos educativos de todo orden, los sectores de la Administración y la comunidad en general, dispongan de espacios propicios para celebrar el saneamiento del río y la sensibilización a la comunidad en su responsabilidad.

Además propone que más allá de la mera celebración, se incluya en la agenda del control político de la Corporación, un día específico para hacer seguimiento en el cumplimiento de las metas establecidas de calidad de agua y verificación de inversión efectiva.

Por: Diego García Bejarano
Concejal de Bogotá

En sociedades democráticas, en las que incluimos con sumo optimismo el caso colombiano, el derecho a la libertad de opinión y expresión constituye uno de los pilares mismos de la institucionalidad, con el cual se garantiza que ningún ciudadano sea perseguido, bien por agentes estatales, bien por otros ciudadanos con fundamento en su sistema de creencias o convicciones.

Las expresiones artísticas al ser desarrollos propios del intelecto humano están cubiertos por la protección constitucional, bien sean expresiones socialmente aceptadas o aquellas que puedan llegar a considerarse inusuales, alternativas o diversas, lo cual incluye las expresiones ofensivas, chocantes, impactantes, indecentes, escandalosas, excéntricas o simplemente contrarias a las creencias y posturas mayoritarias[1], ya que la libertad de expresión incluye la protección tanto de su contenido, como el tono con el que se emite.

En atención a los postulados democráticos en los que se desenvuelve la actividad de una corporación como el Concejo de Bogotá, resulta importante dilucidar los aspectos sobre los cuales éste debe centrar su atención en desarrollo de lo que se conoce como Control Político, pues más allá de querer impregnarlo de misticismo, moralismo o religiosidad, debe en cambio, velarse por el cumplimiento de principios como la igualdad, eficacia, economía, celeridad, imparcialidad y celeridad que deben regir la función pública de las diferentes entidades del Distrito.

Así las cosas, no resulta procedente ni pertinente que desde el Cabildo Distrital se eleven voces de censura a expresiones propias del ámbito artístico, exigiendo cancelar o prohibir eventos culturales amparados en presuntos tecnicismos legales con los que se quieren camuflar los prejuicios de quien no acepta un pensamiento distinto al propio, desconociendo la esencia misma de la diferencia.

Hay que celebrar toda expresión del arte, independiente de la forma en que se nos presente, por cuanto representa lo que somos como sociedad, bien sea que nos guste o nos resulte irritante, por lo que sería irrisorio querer simplemente vetarlo para anular su existencia, lo que de una u otra manera podría equipararse a querer ignorar aquellos datos que nos aporta la realidad solo porque nos parecen odiosos o simplemente retan lo que pensamos sobre la configuración del mundo.

Que viva la cultura y que vivan los artistas, ¡¡En horabuena el Concierto de la Esperanza!! ¡¡Bienvenidos Calle 13 a Bogotá!!

[1] H. Corte Constitucional. Sentencia C-442 de 2011. M.P. Humberto Sierra Porto.

En el marco de la Proposición 008 de 2014 radicada en la plenaria del Concejo de Bogotá por parte del Concejal Diego García, se realizó la continuación del debate de control político a la Universidad Distrital.

En su intervención, el Concejal García denunció que la universidad esta enredada por culpa de los grupos de poder presentes en la UD. Señaló que la Universidad Distrital es manejada como una Sociedad Anónima, los miembros agendan sus intereses por debajo de la mesa; al mejor estilo empresarial cada quien cobra sus ganancias sin que sean evidentes los socios que planean la estrategia de desangre de la universidad. Reiteró que la S.A. que allí funciona, coincide con las iniciales del político que maneja la mayoría de los hilos del Poder en la UD.

Según información suministrada por la comunidad universitaria al Concejal García, en el grupo que lidera Arrieta (Senador, quien ha sido concejal de Bogotá, miembro del Consejo Superior Universitario y secretario general de la Universidad) también se encuentran: Roberto Vergara actual rector (e) de la UD, Pablo Garzón decano de la facultad tecnológica, Wilman Navarro profesor recién elegido en el CSU y un estudiante suplente en el CSU.

Otro de los vectores de poder en la UD, es Fabio Lozano quien es representante de los ex rectores. Lozano ha logrado mantenerse en el CSU por varios periodos gracias a las reformas hechas al interior de ese órgano directivo. Como lo indica en su perfil, Lozano ha sido "representante en varias oportunidades en calidad de estudiante, docente y 2 veces como Ex-Rector", además de candidato a la cámara de representantes por el Polo Democrático.

"Por causa de esa maraña es que la UD no brilla en ámbito académico nacional, según un estudio de la consultora británica QS (2014), ninguno de los programas de la Universidad Distrital ingresa en el ranking nacional de calidad de programas académicos. De igual manera la UD se ubica en el puesto 225, por debajo de Universidades locales como la Antonio Nariño, Tadeo Lozano, UniCauca, Icesi y el Bosque", aseveró García.

"Es claro que lo académico no prima en algunas directivas de la universidad y se han dedicado, muchos de ellos a gestionar los asuntos administrativos. Prueba de ello son los resultados obtenidos en el ámbito de la investigación". García detallo que según información de la junta directiva del sindicato; de los 96 grupos de investigación reconocidos por Colciencias, paso a 91. En los niveles A1 y B pasó de 21 a 17, perdiendo presencia en las plataformas internacionales de investigación.

De esta pérdida, muy seguramente es responsable el Director del Centro de Investigación y Desarrollo Científico, el señor José Nelson Pérez, quien es miembro del Consejo Académico, delegado al Consejo Superior Universitario en representación de los directivos de la UD, e hizo parte del grupo que aprobó la reforma universitaria, asegurándose de esta manera, muy posiblemente, como lo afirma la comunidad universitaria, la recién creada Vicerrectoría de Investigaciones, la cual contiene un gran pastel burocrático.

García cerró su intervención pidiendo una mayor atención por parte del Alcalde Mayor y su delegado el Secretario de Educación Oscar Sánchez, quienes tienen el reto de promover la derogatoria de la reforma universitaria y convocar voluntades para un proceso democrático que logre reformar la Universidad Distrital con la participación de la comunidad educativa.

Por. Diego García Bejarano

Concejal de Bogotá

Durante años, el Ministerio de Ambiente y de Salud, han trabajado por la regulación de los residuos peligrosos, tales como las baterías usadas, fármacos, tóxicos, explosivos, etc y de algunos residuos especiales como las llantas, disponiendo medidas para el manejo y disposición final segura y adecuada, que involucra directamente a los productores, importadores, distribuidores y comercializadores, como responsables directos de los residuos que puedan contener sustancias peligrosas y de la gestión para su devolución y adecuada disposición.

No obstante, el Concejo Distrital por tercera vez, aprueba un proyecto de acuerdo relacionado con el tema, con el loable interés por contribuir al adecuado manejo de los residuos y de proteger la salud pública, pero dejando tareas a la Administración Distrital que implica la destinación de recursos públicos.

Lo peligroso de estos acuerdos, es que pueden terminar siendo la salida fácil de los productores, importadores, distribuidores y comercializadores, para no hacerse cargo de sus residuos, tal como está sucediendo ya con el tema de los residuos de curtiembres y las llantas usadas que están siendo recogidos por el servicio de aseo con cargo al presupuesto Distrital, despojando de toda responsabilidad a los privados.

De ninguna manera considero aceptable, que el Concejo de la ciudad, establezca obligaciones a la Administración Distrital que ya están claramente definidas en la norma nacional bajo la responsabilidad de los particulares y que los daños colaterales de su incumplimiento, que ponen en riesgo la salud pública y el daño al ambiente, quieran ser subsanados con nuevas normas y no con un control y sanción riguroso a los que están infringiendo la ley.

En días pasados la administración distrital radicó en el Concejo de Bogotá el proyecto de acuerdo 093 de 2014 que planteaba como objetivo "adoptar la tasa por uso de áreas de alta congestión en el Distrito Capital", hoy 24 de abril, he radicado ponencia positiva con modificaciones a dicho proyecto.

La intención inicial del proyecto era el establecimiento de un cobro por usar las vías donde hay más concentración de flujo vehicular, sin embargo se incorporaron en la propuesta una serie de medidas ambientales que permitirán no solo mejorar la movilidad, sino también la salud de Bogotá y su Ciudadanía.

De acuerdo al plan decenal de aire, "...el crecimiento del parque automotor en los últimos 20 años ha sido acelerado frente al crecimiento de la población, tendencia que se acentúa en la capital del país. El número de automóviles para Bogotá, crece más rápidamente que la población. El índice de motorización calculado por JICA en 1995 era de 88 vehículos por cada 1000 habitantes y para 2008 se calculó que en Bogotá el índice de motorización aumento a 144 vehículos por cada 1000 habitantes, situación que se ve reflejada en la congestión vehicular en las horas pico, asociado también a que la construcción de la malla vial y el mantenimiento de la misma no va a la misma velocidad del incremento del parque automotor..."

Con este panorama, desincentivar el uso del vehículo particular en la ciudad, debe ser una prioridad. Su uso no solo impacta el tráfico vehicular, sino que genera problemas de congestión y afectación en la velocidad promedio de la misma; adicionalmente, al cuantificarse los impactos en la productividad y las afectaciones a la salud pública, debido a la carga de gases contaminantes y material particulado; se evidencia la necesidad de definir la tasa de uso en áreas por alta contaminación, asociada, no a la emisión propia de sustancias contaminantes sino al uso de la vía en aquellas áreas definidas en el marco del plan de adaptación y mitigación del cambio climático.

Con la experiencia acumulada de diferentes ciudades del mundo, en las cuales, se han implementado las tasas por uso de alta congestión, es necesario decir que la iniciativa presentada por la administración distrital, es viable. Razón por la cual rendí ponencia POSITIVA CON MODIFICACIONES, condicionando la aplicación de dichas tasas, hasta tanto la administración ponga en marcha el 100% del Sistema de Bicicletas Públicas, desarrolle el 100% del Sistema Integrado de Transporte Público, construya obras e infraestructura vial proyectada, en especial la Troncal de Transmilenio de la avenida Boyacá y construya Ciclo parqueaderos y Redes Ambientales Peatonales Seguras.

Hoy 22 de abril, fecha en que la tierra conmemora su día, fue radicado en el Concejo de Bogotá el Proyecto de Acuerdo No. 104 de 2014, que busca la declaratoria de dos nuevos humedales para la capital: la Isla y el complejo de humedales de rivera Ubaguaya en el valle medio del rio Tunjuelo.

En la modificación del plan de ordenamiento territorial formulada en el año 2013, se contemplaron dichos parque ecológicos, sin embargo, con la suspensión de la misma se pone en riesgo la protección de estos importantes ecosistemas. Por esta razón, el Concejal de Bogotá Diego García insiste, ahora por vía de acuerdo, que sean protegidos estos dos espacios del agua para la cuenca del rio Tunjuelo.

El humedal La Isla pertenece a los Valles Aluviales de los Ríos Bogotá y Tunjuelo, en la localidad de Bosa. Se encuentra en una zona con alta presión de urbanización ilegal, depósito de escombros, basuras y lo rodean tres grandes avenidas: Circunvalar del Sur, Longitudinal de Occidente y San Bernardino. Cumple un rol fundamental en la contención de inundaciones y de conectividad entre las localidades de Ciudad Bolívar y Tunjuelito.
Contiene vegetación flotante acuática principalmente lenteja y helecho de agua, así como una diversidad de fauna entre las que se destacan especies como el chirlobirlo, cucarachero, atrapamoscas, garza bueyera, golondrina, copeton, torcaza, alcaravan y tingua pico rojo.

Por su parte, el complejo de humedales de rivera Ubaguaya limita con las minas del Tunjuelo y con las Avenidas Ciudad de Villavicencio y Boyacá. Solo está protegido en uno de sus costados por el sector del parque El Tunal. Requiere de protección especial debido a los usos permitidos en la ronda del río Tunjuelo, que posibilitan la construcción de infraestructuras, la intervención con obras civiles y las modificaciones en el cauce.
Su estado de deterioro es indiscutible a pesar de lo cual entre los años 2011 y 2013 se observaron aves acuáticas como alcaraván, monjita bogotana, pato canadiense, iguaza común, garza real y ganadera. Contiene vegetación como la acacia, venturosa, eucalipto, higuerilla, pasto kikuyo, lulo silvestre, junco bogotano, buchón pequeño, lenteja de agua, hierba y sombrillita de sapo.

En ambos humedales, la Empresa de Acueducto de Bogotá adelantó estudios que demuestran y reafirman la importancia de conservación de estos espacios naturales por la conectividad ecológica que representan.

¿Por qué es importante la declaratoria de humedales?
Los humedales son el ecosistema con el mayor número de bienes y servicios ambientales a la ciudad, al ser los que regulan las crecientes de los ríos, amortiguan los desbordamientos, aportan valor paisajístico al desarrollo urbano, albergan especies de fauna y flora endémica, proveen alimento a las aves nativas y migratorias, ofrecen espacio para la recreación pasiva del territorio, regulan las condiciones micro climáticas, entre otros.

Según informe de la Contraloría Distrital del 2007, se estima que en menos de 65 años, han desaparecido el 99% de los humedales de la ciudad, pasando de 50 mil hectáreas de humedales en la década de los 50, a tan sólo 667 hectáreas en la actualidad. Y es lamentable reconocer que esta situación ha sucedido con pleno conocimiento de la Administración y del Concejo Distrital pues, aún con estudios técnicos que demuestran la condición e importancia ecológica, no se ha adelantado la declaratoria oportuna, limitando la inversión para la protección y restauración.

Con ésta iniciativa normativa del Concejal Diego García, la ciudad alcanzaría 15 parques ecológicos de humedal que obligarían al Estado a invertir en su protección y a tomar medidas para su conservación.

La Administración Distrital radicó ante el Concejo de Bogotá el proyecto de acuerdo que establece la tasa por uso de áreas de alta congestión en la ciudad de Bogotá. Como está formulado, el proyecto entregaría un cheque en blanco para que el gobierno de turno establezca las zonas en las cuales se aplicaría la medida, proyecte el sistema de recaudo, ordene la instalación de los dispositivos para hacer el monitoreo y fije el monto que será cobrado a la ciudadanía.

Es necesario aclarar que la ciudad no está preparada para implementar dicha medida, más aun, cuando existen otros mecanismos que permiten el control de tráfico vehicular. No es viable que se pretenda desincentivar el uso del vehículo particular únicamente por vía económica.

La ciudad debe pensar en la implementación de mecanismos que permitan restringir el uso del vehículo particular tales como: reducción de parqueo público, priorización de espacios y rutas para circulación en bicicleta, e inclusive la instalación de peajes para el ingreso a la ciudad, dirigido a aquellos vehículos que no están matriculados en Bogotá. Hoy en día el dinero que pagan los bogotanos por concepto de peajes, no se invierte en el mejoramiento de la malla vial de la ciudad, ni en la implantación de mecanismos que permitan controlar el tráfico vehicular.

Los cobros por congestión no van a mejorar la movilidad de la ciudad. La capital requiere medidas que evite demoras en los tiempos del desplazamiento, conciba la gestión del tránsito y el transporte inteligente, implemente zonas amarillas para taxis que consumen energía y desgastan innecesariamente la infraestructura vial.

Aunque no es una iniciativa que haya sido probada con éxito en diferentes partes del mundo, es una medida complementaria que debe adoptarse en su debido tiempo, con un gobierno legítimo y una vez estén en marcha otros mecanismos que permitan desestimular el uso del vehículo particular.

LA SED DEL ORINOCO NO CREE EN SANTOS
Por. Diego García Bejarano
Concejal Alianza Verde

Lo que sucede en Casanare, es una tragedia ecológica, no puede llamársele de otra manera.

La vertiente del río Orinoco, reconocido como el tercer rio más caudaloso de América, la misma que trasvasa el Río Guatiquía el abastecimiento del 56% de la demanda de agua de Bogotá y la Sabana, hoy se encuentra en desecamiento crítico.

Este territorio además es afectado por las industrias petroleras, con el consumo desproporcionado del agua subterránea, el uso de tecnologías nocivas con quema de gases que innegablemente generan afectación a los acuíferos y al régimen hídrico de la zona, la proliferación de cultivos de palma, la ganadería extensiva, la quema de bosques de galerías y la construcción de obras para desecar los ecosistemas sin planeación alguna, sin que se evidencia intervención formal del estado colombiano para evitar el daño.

Hoy el presidente Juan Manuel Santos, se presenta ante el país, como uno de los supuestos salvadores de Bogotá, cabe resaltar es que el Gobierno de "Prosperidad para todos", no tiene política ambiental, toda vez que promueve la construcción de 10.000 viviendas a una zona de reserva campesina al sur de la ciudad, zona de riqueza hídrica, ambiental y arqueológica y por si fuera poco, habilita la urbanización de la Sabana, permitiendo la venta de agua en bloque sin restricción, promoviendo el desecamiento y afectación al área reconocida en la Ley 99 de 1993, cómo área protegida de interés ecológico para la nación, demandada de los ríos del Orinoco.

El Presidente de la República, orgullosamente ostenta cifras de reducción de pobreza entre 2009 a 2014, de 4 puntos porcentuales y la tasa de creación de empleo más alta de la región entre 2010 y 2013, sin embargo, es indispensable revisar la medición de esos indicadores, en la que se incluyan la calidad y la sostenibilidad de los recursos naturales.
La posibilidad de desarrollo para el país, implica que entendamos que la pobreza, también está asociada a la limitación en la disponibilidad, al acceso y a la distribución de los recursos naturales. Lo que sucede en el Orinoco, la tragedia ecológica manifiesta, no es más que la ausencia de toda intención y voluntad política del gobierno, a reconocer e invertir en nuestra mayor riqueza, la de ser un país biodiverso para el mundo y de promover industrias temporales, cuya existencia está sujeta a la disponibilidad del recurso explotado, con sus cuestionables locomotoras.
Y Qué tiene que ver Bogotá con el Orinoco? Bogotá se abastece del agua de los ríos que desvía de su cuenca, con la expansión de la ciudad y la sabana, la presión en el recurso hídrico será mayor. Lamentablemente de continuar con las políticas inmediatistas y poco planificadas en el largo plazo, en poco tiempo, tendremos esa misma fotografía en la sabana de Bogotá, cuando todas las condiciones agrológicas y ecológicas de las zonas rurales, sean perdidas por seguir con el proceso de urbanización desmedida.